Concierto 20 años de Jazzomanía en el aire: …Que con la música se vive mejor

Concierto 20 años de Jazzomanía en el aire: …Que con la música se vive mejor

Dedico este artículo a ese maravilloso público que el 30 de abril colmó los espacios de la Quinta Dominica y a Guillo Carías también, por su generosidad y entrega amistosa.

1.- Los de Jazzomanía como pioneros. Corría octubre de 1973, Federico Astwood, junto a quienes le ayudábamos se ilusionaba con el primer concierto de jazz que se hacía en la República Dominicana, desde el viejo periódico Ultima Hora llegaría el aliento decidido de Guarionex Rosa y Aníbal De Castro, quienes le dieron a la noticia un gran espacio poco habitual.

En Bellas Artes arrancaba Jack Lerisson y sus Black Notes, lo recuerdo como ahora y al mismo tiempo recuerdo esta divisa: nadie triunfa solo.

En una desvencijada grabación, la voz de José Antonio Jansen (Tony) se escuchaba vibrar: “Federico, Good Show”.

Si recuerdo a Federico Astwood, ahora justo en los 20 años cumplidos del programa de jazz Jazzomanía, nombre de esta columna, es porque la deuda del cariño con los amigos de la ruta del jazz es eterna y solidaria, José Antonio Jansen, aún escucho su voz diciéndole a Federico “Good Show “, en primera fila en Bellas Artes.

Cuando las cosas salen bien, debemos tributo a quienes han estado con nosotros, a quienes siguen con nosotros, Félix Servio Ducoudray, Jean Louis Jorge, Lucas Leroux, Luis Dias y Sonia Silvestre, que ese concierto se lo hubieran gozado, tanto como Orlando Martínez, porque todos y todas creían en el jazz y sus valores musicales, y de Joaquín Basanta ni se diga.

Hay un cariño infinito que nos hace vivir por los demás, hay una ternura ineludible por esos espíritus que moran en nosotros y que nos ayudan a vivir y accionar con fe de justicia en la tierra, tránsito para algunos, estación terminus para otros.

Si he comenzado de este modo es porque en el jazz hay un ritual de recuerdo y consolación por los que no están y están, porque el que mora en la música y el jazz estará siempre con nosotros, para siempre, conversación en el umbral de mi casa con Chuchy González Pérez.

El jazz es una filosofía de vida, una raíz que viene del dolor de una causa social, que el espíritu del hombre hubo en algún momento en transformar en alegría aparente.

El jazz es un juego sonoro, un retrato permanente, un firmamento de espíritus revueltos asaltando instrumentos para decir cosas que aparentan abstractas y en cierta manera, no lo son. El jazz es una forma de comunicarse más allá de la simple armonía de la música común, dicho todo esto, salmodia jazzística para un recuerdo inexorable, vayamos al concierto del 30 de abril del 2014 en la Quinta Dominica.

2.- Jazzomanía su concierto de 20 años en el aire por medio de la radio FM y AM. Guillo Carías, ciudadano de San Juan de la Maguana, primero, luego dominicano y ahora ciudadano de la Ciudad Colonial (suciona pero nuestra) y de Carolina del Norte, nos metió en la cabeza a Tony Domínguez y a mí la idea de hacer un quinteto con el nombre de nuestro programa de radio, programa que ha rodado por la radio como las piedras en los ríos y que gracias a Héctor Olivo y Pedro Caba tiene 8 años en Quisqueya.

La idea tomó forma, no había dinero para hacer nada, porque ni Tony Domínguez ni yo gozamos del beneplácito del Ministerio de Cultura (eso es para los amigos del amigo, hoy fiesta y mañana huidera), pero algunos amigos reunieron lo mínimo para nosotros celebrar lo mínimo y así se hizo con decoro, entusiasmo y conocimiento, pero especialmente con la intención ortodoxa de querer hacer las cosas bien y con calidad, ese es nuestro compromiso en Jazzomanía.

Un programa de radio que se ha manejado en 20 años con alta calidad musical no podía organizar un concierto (tin cun tin tin cun tan, reza la onomatopeya del jazz picoteo) por debajo de sus enseñanzas pedagógicas. Sí, es verdad, somos ortodoxos del jazz, porque conocemos su historia y la estudiamos cada día, cada instante, cada segundo, cada noche, cada siempre.

Y en cualquier debate posible sostendremos los criterios que nos han caracterizado: hay que subir el nivel del gusto de la audiencia de jazz en República Dominicana, y los músicos dominicanos, de paso, deben tomar más en serio este género de música. Eso creemos en Jazzomanía.

3.- En la Quinta Dominica, la noche mágica del concierto: entre ilusiones de jazz y hazañas humanas. El día 30 de abril había llovido a cántaros, nuestros espíritus del jazz hacían su labor de universo limpio, según Ivelisse José Jorge.

Eran las 8 y media de la noche y la Quinta Dominica, en pleno corazón de la Ciudad Colonial, estaba rebozada de un maravilloso público que supo esperar nuestra tardanza por asuntos de coordinación, excusas y nobleza obliga, la verdad sea dicha.

Cuando la música comenzó aquello no tenía: ni madre, ni tía, ni primo ay cielito ponte jazz, el rostro de Gustavo Ubrí lo decía todo: sonrisota total, agitadito, gozón, la cosa no hacía más que empezar. Continuará… (CFE)

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