POR FIOR GIL
El Concilio Evangélico de las Asambleas de Dios exhortó ayer a los líderes políticos, realizar una campaña con comedimiento y mesura, basándola en la presentación de planes, proyectos y de un discurso delineador de lo que se desea y de lo que se podría hacer a favor del desarrollo de la nación.
Plantearon que en este tramo eleccionario que se producirá en gran parte de este año, hay que evitar las acusaciones y el descrédito contra la honra y el honor de los demás, puesto que esto lo único que haría sería sembrar cizaña y producir divisiones peligrosas de la familia dominicana.
Los señalamientos del concilio están contenidos en la proclama leída durante la Septuagésima Convención Nacional, celebrada durante tres días, en la cual los líderes evangélicos fijaron su posición sobre algunos aspectos que consideran de importancia en la vida nacional.
Abogamos por una campaña caracterizada por un debate de alto nivel, civilista, pacífico y ajustado a las expectativas reales de los ciudadanos, expresan.
Al tiempo que señalan que el Gobierno debe empeñarse en seguir profundizando acciones reivindicativas que favorezcan considerablemente la condición de vida de la clase desposeída del país.
Sugieren que se continué con el proceso de optimizar las respuestas a las demandas y necesidades de la gente. Insistimos en la necesidad de que se haga una justa distribución de los bienes y de las riquezas que produce la nación a través de la optimización de los servicios y los parámetros de combate a la pobreza, agregan.
A juicio de los evangélicos, el gobierno no debe sólo cultivar la destreza de saber obtener recursos, sino de beneficiar también al pueblo con iniciativas que impulsen la salud, la educación, la alimentación, las viviendas y la inversión social.
PACTO SOCIAL
Al mismo tiempo proponen la firma de un pacto político-social que comprometa tanto a la clase política del país como a las fuerzas vivas de la nación a implementar un comportamiento civilista en este proceso de campaña y un compromiso de gobernabilidad a favor de los mejores intereses del pueblo.
Se trataría de un acuerdo en el que no haya vencido ni vencedor sino, más bien, una decisión firme de trabajar unidos, cualesquiera sean los resultados en el proceso electoral, para mantener el crecimiento económico y, sobre todo, el clima de paz y de tranquilidad necesarios para el desarrollo de la nación.