CONCISO. Agua y luz del 55 no puede ser del 15

CONCISO. Agua y luz del 55 no puede ser del 15

Se hizo el anuncio: Darán inicio a la remodelación del teatro Agua y Luz. ¡Por fin!
De inmediato la mente vuela. Algunos de los que disfrutaron en el viejo club de la “Feria de la Paz”, habrán de ver, en su imaginación, el correr apresurado de las contorneadas bailarinas hacia el escenario, con sus movimientos picarescos, teniendo como moldura la vistosa fuente de agua, iluminada por aquellos faroles que daban colorido a ese abanico acuático que intentaba llegar a las estrellas… Los mozos en traje de smoking, con sus guantes blancos, las chicas hermosas, haciendo de “paleteras”, con su traje de baño brillante y sus sonrisas de diamantes, bajo la cortina de sus carnosos labios rojos. Y qué decir de la conquistadora guiñadita que hacía temblar la mano del encendedor del más apuesto galán. La pista repleta de parejas susurrándose al oído mientras bailaban un acompasado merengue, ejecutado por una de las “big band” de entonces. Así transcurrían las noches del Agua y Luz hace 60 años, cuando la televisión apenas acababa de llegar y la capital era en gran parte una pradera.
Ahora el país no tiene un área más elegante para la construcción de una sala de eventos con capacidad para cinco o seis mil personas. Un “venue” al estilo de Radio City de Nueva York, o del Gran Rex de Buenos Aires o el Teresa Carreño de Caracas… donde presentar un “Miss Universo” u otra actividad de envergadura, que permita la convocatoria deseada y la lucidez que ofrece el recurso de vista aérea, con iluminación de todos los edificios del entorno, con un escenario moderno, con sus camerinos, luces, sonido, aire acondicionado y la comodidad reglamentaria de los grandes proscenios internacionales. Que no nos vengan con 50 chisguetes de agua y 20 faroles con celofán.

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