Resulta hasta sofocante el “viaje” de infomerciales que apabullan al televidente hispano de Nueva York. Cuando más interesante está un programa, aparece el “intruso y azaroso” infomercial de varios minutos en el que, tirándole un “balde de agua fría” le presentan al telespectador la manera de reservar su ataúd, pagándolo a plazos antes de que lo atrape la guadaña. En el menor de los casos, usted puede estar rodeado de familia, incluyendo niños, y tiene que enfrentarse al dramático y bochornoso infomercial que caracteriza a un señor en la cama avergonzado, pidiéndole excusa a una dama por no haber podido “responderle” en el momento de la intimidad, y, por ahí sigue el asunto. Me puse a investigar por qué la proliferación de ese tipo de infomerciales en estos tiempos y encontré el fenómeno demográfico denominado “baby boom” (aumento inusitado de bebés). Entre los años 1946 y 1964 fue cuando más niños nacieron en el mundo, y esos, que hoy están entre los 51 y 69 años, son los mayores consumidores del mundo.