Concluye Festival con positivas reacciones

Concluye Festival con positivas reacciones

POR REYES GUZMÁN
El Festival Musical de Santo Domingo concluyó el sábado con la participación como solista del joven violinista Dan Zhu y la veteranía de la mezzosoprano Teresa Berganza, dirigidos por Philippe Entremont. Alegría en el público por la calidad expuesta y tristeza en los músicos por dejar atrás uno de los festivales más importantes de América Latina.

El programa inició con Obertura “Yaya”, de José Antonio Molina, quien la escribió sin pretensión sinfónica, pero con el sentido práctico de ofrecer una obra que pasea por las fusiones del bolero y el merengue, tomando en cuenta las proporciones sinfónicas.

Molina se inspiró en una petición de Maridalia Hernández para el espectáculo “Amorosamente Maridalia”. Yaya es como él le llama a la cantante y amiga. Por el gran poder popular que proyecta, tanto el público como el director llevan con los movimientos del cuerpo el ritmo.

El último concierto siguió con Sinfonía Española para violín y orquesta, Opus 21, de Edouard Lalo. Incluye Allegro non troppo, Scherzand: Allegro molto, Intermezzo, Andante, Rondo:Allegro. En cada movimiento Dan Zhu impresionaba por su destreza, lo que obligaba al público aplaudir. La pasión de Zhu por el instrumento lo hizo soñar entre cuerdas, en ocasiones con proyeccción de su carácter y en otras con ternura y agilidad. Por los “bravos” y los aplausos tuvo que salir tres veces y al final regalar otra interpretación.

Luego del intermedio se iluminó el escenario con la presencia de Teresa Berganza, una mujer de bella presencia, que en su voz guarda melodías y proyecta el sentir de lo que canta.

De Manuel de Falla interpretó siete canciones populares españolas: El paño moruno, Seguidilla murciana, Asturiana, Jota, Nana, Canción y Polo. Los que llenaron la Sala Eduardo Brito le dieron calor con sus aplausos y cariño con los ¡bravos! Quiso responder con Habanera de Carmen y La tarántula. Los que más la conocían no dejaban de elogiarla y hacer referencias de sus mejores años.

Con El sombrero de tres picos, de Falla, llegó la despedida. Todo lo que comienza termina, dice la lógica. El director del Festival y de la orquesta, Philippe Entremont, brindó como cierre una sonrisa de satisfacción, mientras músicos invitados que vinieron a reforzar la Sinfónica se daban el último abrazo. Son tristes las despedidas, pero no crueles cuando se cumple con calidad el compromiso.

COSITAS

– Un grupo de muchachas olvidaron que el protocolo ordena cruzar de frente a los que están sentados. Es de mal gusto casi rozar los glúteos con las caras de los que llegan temprano y se ubican en los asientos asignados.

– El sabor del merengue lo disfrutan todos, sin importar las etiquetas. Así se comprobó con la Obertura “Yaya”, de José Antonio Molina.

– Tierra trágame fue lo que en conjunto pensó la mayoría del público cuando sonó un celular y Teresa Berganza cantaba. ¿Quién sería el bárbaro o la bárbara?

– Al violinista Dan Zhu le brindaron tantos aplausos que tuvo que regresar al escenario tres veces. La juventud con disciplina logra el éxito.

– Los músicos de la Orquesta del Festival miraban con admiración a Zhu.

– Unos minutos antes de Teresa cantar avisaron que apagarían el acondicionador de aire. Se cumplió la exigencia.

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