Concluye festival de cine de Berlín

Concluye festival de cine de Berlín

BerlÍn (EFE).- La Berlinale cerró oficialmente sus puertas con el “día del espectador”, rendida al público berlinés que da al festival un carácter único y tras repartir sus Osos entre el compromiso político, el joven cine alemán y la innovación, abanderada por la argentina “El custodio”.

 La 56 Berlinale salió a pedir de boca: se agotaron las entradas de casi todas las 1.115 sesiones para los 360 filmes del programa oficial, se vio buen cine y el jurado presidido por Charlotte Rampling cumplió con el cometido de premiar aquello que aporta algo nuevo, en lo político y a la vez en lo cinematográfico.

El Oso de Oro a “Grbavica”, de Jasmila Zbanic, fue el triunfo del cine de bajo presupuesto, de una debutante que refleja la situación de las mujeres bosnias víctimas de la violación como arma de guerra.

La Plata del Gran Premio del Jurado a “Offside”, del iraní Jafar Panahi, se fue para una película, asimismo, reflejo de la opresión de la mujer en Irán, con el oportuno trasfondo del Mundial de Fútbol.

 El mensaje político lo completó la Plata al director Michael Winterbottom, por la impactante “The Road to Guantanamo”, exponente de cine denuncia de la indefensión de los presos enjaulados en la cárcel construida por el país más poderoso del mundo, EE UU.

El equipo de Rampling repartió honores también a otra debutante, la danesa Pernille Fischer Christensen, por “En Soap”, en ese caso una película intimista de tema femenino, que recibió ex aequo con Panahi el Gran Premio del Jurado y en solitario el galardón a la mejor ópera prima.

 Los premios de interpretación fueron para el nuevo cine alemán con tres torturados personajes: el frustrado sexual Moritz Bleibtreu de “Elementarteilchen”, la endemoniada Sandra Hüller de “Requiem” y el violador atormentado Jürgen Vogel de “Der freie Wille”.

 “El custodio”, de Rodrigo Moreno, revalidó la ley no escrita de que el cine argentino siempre se va de la Berlinale con premio. En este caso, el Alfred Bauer, instituido en memoria del fundador del festival para recompensar la innovación.

Un premio que supone, para un realizador que debuta en solitario como largometrajista, el “reconocimiento a una forma de realización, a la cámara que custodia a ‘El custodio’, al espíritu de la película”, en palabras de Moreno a EFE tras la gala de este sábado.

 El Alfred Bauer es “una caricia a tu trabajo”, para alguien que “no hace concesiones a nada, ni a nadie” y para una película que “no ha pasado desapercibida a nadie en el Festival”.

A decir de Moreno, el galardón ratificó que el nuevo cine argentino no es “mera espuma”, sino un valor ratificado tras los éxitos de Lucrecia Martel con “La ciénaga” –premio a la ópera prima en 2001– y de Daniel Burman con “El abrazo partido”, Gran Premio del Jurado y Oso de Plata a su actor, el uruguayo Daniel Hendler, en 2004.

 La Berlinale se “fijó” de nuevo en el cine argentino a través de la única representante en competición de habla española entre las diecinueve participantes.

 Fue una Berlinale “espectacularmente poco espectacular”, según su director, Dieter Kosslick, cuya alfombra roja tuvo un protagonista algo monótono: George Clooney, George Clooney y George Clooney, que eclipsó a Meryl Streep y Sigourney Weaver, por ejemplo.

  El escaso despliegue de estrellas no apagó la pasión berlinesa por su festival, un certamen de primera categoría con venta de entradas al público general y en una ciudad de unos tres millones y medio de habitantes.

 Eso, y no las estrellas o la selección de películas, es lo que da vitalidad al festival. Berlín se sacude de pronto el invierno de encima y abre la ventana al mundo que es el cine.

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