El dominicano es un apasionado innato. Siente pasión por la pelota, por la política, la música, la moda y, cuando se habla de comida, por el concón.
Piénselo bien, ¿Qué dominicano se resiste ante la tentación de saborear un trozo de concón seco, crujientito o mojao, en salsa de habichuelas o carne? ¡Pues nadie!
Patrimonio de la gastronomía dominicana, esta capa que se forma en el caldero al cocinar arroz al estilo dominicano es, sin dudas, sabrosa, pero ¡ojo al comer concón!, acuérdese que al quedar adherido, producto de la mezcla del agua, sal, y aceite, se endurece y esto puede provocar cualquier incidente al tragar.
Pero nada, ¡que no cunda el pánico!, lo importante -aparte de saber comerlo- es aprender a prepararlo. Aquí le decimos cómo.
Un concón perfecto tiene necesariamente que ser crujiente, debe crear una capa fina y por supuesto no debe quedar ahumado ni quemado.
Lo primero a tomar en cuenta es el caldero.
Según Juana Rosario, de Deli Postre, un puesto de comida criolla ubicado en la calle Francisco Villaespesa esquina Rafael J. Castillo, del ensanche La Fe, lo recomendable es usar uno de hierro. ¿El fondo? No importa, puede ser hondo o plano, lo importante es que el caldero sea del tamaño correcto, porque cuando es pequeño el arroz se quema en el fondo.
El arroz, explica la página web www.cocinadominicana.com, no debe ocupar más de 3/4 de la altura del caldero, mejor si es solo la mitad, aconseja.
Luego se procede a agregar aceite vegetal (puede untar el fondo con una cuchara para no poner de más) echar la sal y cuando esté caliente, el agua. Esto sellará los poros del caldero y por consiguiente, obtendrá una superficie no adherente.
La porción correcta
De acuerdo a la Tía Clara, creadora de la página www.cocinadominicana.com, para lograr un concón perfecto se tiene que preparar un arroz perfecto. El arroz debe ser firme, pero blando, y estar completamente cocido.
Para obtener este resultado es necesario utilizar las proporciones correctas de agua y arroz. Demasiada agua daña el arroz, y con poca no se cuece por completo.
Cuando se mezcle el arroz con el agua, la sal y el aceite, hay que moverlo frecuentemente para evitar que se pegue demasiado en el fondo.
Cada vez que se mueva hay que despegar la capa que se forma en el fondo, el concón se hace con el arroz que se pega después de tapado, dice la Tía Clara, mientras agrega: si se forma una capa muy gruesa no tendrá un sabor o textura agradable.
El paso final
El momento idóneo para taparlo, es cuando el agua se evapora. Algunas personas vuelven a echarle aceite, pero no es lo recomendable, sobre todo para aquellas personas que padecen de problemas cardiovasculares.
Después de quince minutos -dependiendo de la cantidad de arroz- puede destapar la olla para moverlo.
Vuelva a tapar por unos cinco minutos.
Cuando esté listo el arroz, sáquelo inmediatamente, incluyendo el concón, porque cuando se deja en el caldero se ablanda.
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El coro que anuncia la hora de comer
En algunos hogares le echan agua al caldero del concón simplemente por no despegarlo o para evitar hacer el característico rad, rad, coro que anuncia, cada día, que llegó la hora de comer.
Como sabemos, puede elaborar concón de arroz blanco, de moro, y también de locrio.