POR ENRIQUE GONZÁLEZ
El parque Independencia se convirtió ayer en uno de los lugares más visitados de Santo Domingo, durante la celebración del 41 aniversario de la Revolución de Abril de 1965. Antiguos combatientes, ex políticos, escolares, nostálgicos y curiosos, recorrieron durante toda la mañana la verja que rodea el Altar de la Patria, para observar las 136 fotografías que componen la exposición “Testimonio gráfico de Abril de 1965”, de Milvio Pérez.

La muestra, que estará instalada en el parque durante un mes, está compuesta por imágenes pertenecientes a los días convulsos en los que los “constitucionalistas” salieron a las calles para reclamar la reposición del gobierno de Juan Bosch y, posteriormente, la salida de las tropas estadounidenses del país. “Fue un mes de mucha confusión, aunque luego las cosas se fueron solucionando”, aseguró Nelson Minier, que perteneció al comando Cucaracha 20.

Junto a él, se agolpaban decenas de personas, todos con la mirada fija en alguna de las instantáneas de la exposición. “Hubo una lucha muy intensa en la que el pueblo reclamaba su libertad, y por eso se organizó, para restablecer la constitución de 1963”, declaró José Antonio Pernía, mientras observaba una fotografía en la que aparece detrás de Francisco Caamaño.

La revolución, que duró 133 días, terminó tras la firma de un acta de reconciliación en septiembre de ese año y la vuelta al poder de un gobierno constitucional. De aquel suceso “la conclusión fundamental para el ejército es que no se puede meter en los asuntos del pueblo, y para la sociedad que no puede pensar que hay democracia sin defenderla permanentemente”, sostuvo Pernía. Algunos de los presentes en el parque coincidieron en la importancia de la muestra porque “hay muchos aspectos de la Revolución de Abril que son desconocidos para nuestra juventud”, señaló Julio César Cedeño, quien vivió de joven esa época “con mucho fervor y mucha tristeza por los amigos muertos”.

A pesar de que la mayoría de los visitantes de los alrededores del parque Independencia superaban los sesenta años, también había jóvenes o escolares que reconocieron que el levantamiento de Abril del 65 “ha quedado grabado en la historia dominicana”, como manifestó Carol Cornie, una joven que pertenece a la escuela República de Paraguay.

VALORES PERDIDOS

Los corrillos eran constantes para recordar aquellas fechas e intercambiar vivencias, unos como observadores y otros como participantes en la batalla. Pero no todos estaban convencidos de que aún quede algo de la esencia revolucionaria de aquel año. “La sociedad aprendió los valores de su patria después del acontecimiento, pero por desgracia no supieron transmitírselo a las nuevas generaciones y se ha perdido todo”, expresó Minier.

“La juventud debe fijarse y pensar en este gran acontecimiento, reflexionar para amar con más fuerza el patriotismo de aquella gente, para encauzar este país por la senda del progreso”, afirmó Rafael Núñez, que fue miembro del movimiento 14 de junio.

Homero del Rosario observaba la exposición con su familia indignado porque, aseguró, “si se pregunta a algún joven no te sabe decir quién es Caamaño, ni Fernández Domínguez, ni nadie; a ellos no les interesa”.

Los más de cuatro meses de enfrentamientos que se produjeron desde el inicio de la revolución hasta su conclusión dejaron más de 3,000 muertos en todo el país. Sin embargo, parece que hay quien no ve con malos ojos que algo así volviera a suceder. “Este pueblo ya no aguanta más y donde vaya se ve miseria, sufrimiento, martirio”, denunció Rafael Morales, quien no descartó que pueda aparecer “un guardia o un civil que se case de nuevo con la historia o con la gloria”.

La pobreza en el país parece ser el principal motivo por el que hay personas que creen que un suceso así se podría volver a producirse. Como por ejemplo Núñez, del movimiento 14 de junio, que consideró que “las circunstancias son propicias porque aquí se está pasando mucha necesidad y la mayoría del pueblo dominicano está sufriendo en sus carnes la carencia de las necesidades más perentorias”.