CONCURSO DE ARTE EDUARDO LEÓN JIMENES Lenguajes y apuestas conceptuales

CONCURSO DE ARTE EDUARDO LEÓN JIMENES Lenguajes y apuestas conceptuales

Esta edición ha causado sorpresa por el vanguardismo de las propuestas exhibidas, la cantidad y calidad de artistas jóvenes y emergentes

Desde el jueves 20 de octubre hasta el 19 de febrero de 2017, el Centro León lanza y abre sus puertas al arte confirmando su compromiso con la modernidad y post modernidad a través del arte y la cultura.
Este año la convocatoria es muy exitosa por la cantidad y la calidad de artistas jóvenes y emergentes participantes cuyas obras premiadas pasan a formar parte de la Colección Eduardo León Jimenes agrandando su inventario y convirtiéndose en una de las mayores colecciones de arte contemporáneo del país.
Contando con los auspicios de la Fundación Eduardo León Jimenes y de la Cervecería Nacional Dominicana, este premio se ha convertido a través de las últimas décadas y desde su apertura en un espacio donde se desarrollan los más importantes y heterogéneos proyectos culturales del país con la mayor y valiente apuesta de competir con las apuestas y los giros de las artes a nivel mundial.

Esta edición del concurso ha causado mucha sorpresa por el vanguardismo de las propuestas exhibidas, además se transformaron las bases del mismo, obteniendo como resultado luego de reflexiones y consultas, que se fijaran nuevas bases, lo que significó un proceso de investigación de los artistas participantes, que tenemos entendido que incluyó presentar un proyecto, junto al depósito de su obra o propuesta.

Esto ocurrió gracias a la coordinación conformada por los expertos José Roca, curador colombiano y director artístico de FLORA arts-natura; Alanna Lockward, curadora, escritora e investigadora dominicana, y Guadalupe Álvarez, curadora, investigadora y crítica de arte cubana radicada en Ecuador, quienes seleccionaron 18 artistas y 2 colectivos de artistas, entre los 171 artistas individuales y 11 colectivos que presentaron sus propuestas. Los citados especialistas serán los que premiarán las propuestas ganadoras del certamen el próximo año.
Esta edición se propuso estimular las expresiones y prácticas artísticas contemporáneas, potenciar el rol del arte como articulador de relaciones sociales y fomentar el arte como herramienta del pensamiento crítico en los artistas y sus públicos.
Después del trabajo de presentación de proyectos y obras, el equipo de premiación seleccionó a Andrea Ottenwalder, Carlos de León, David Pérez – Karmadavis, Dhimas Santos, Elvin Díaz, Ernesto Rodríguez, Fausto Ortiz, George Heinsen, Gina de la Rocha Goico, Guadalupe Casasnovas, Javier Liriano María, Juan Alfonso Zapata, Karol Ann Báez, Reynoso, Mencía Zagarella, Natalia Ortega Gámez, Norian Cruz, Quisqueya Henríquez, Raquel Paiewonsky, Maurice Sánchez y Joan Manuel Díaz (colectivo) y Tatiana Fernández y Wendy Patricia Espinal Cabral (colectivo).
Visitamos atentamente la exposición y nos impresionó la cantidad de artistas jóvenes dentro de una museografía que refleja los ejes temáticos identificados por el jurado. Identidad/Exclusión; Espacio Público/Lo Vernáculo; Intimidad/Cuerpo; Memorias Personales/Colectivas; Paisaje; Artesanía/Lo Popular/Participación.
Opciones que nos parecen fundamentales y que responden y corresponden a las inquietudes globales expresadas en las artes conceptuales del momento.
Hemos podido observar que los artistas han creado obras con un alto sentido de la comunicación con el público y una medida de interactividad con los discursos visuales y éticos frente a los desafíos del siglo 21.
El conjunto maneja y expresa intensas y profundas inquietudes de los tiempos como la deterioración y la pérdida del valor ambiental y humano, así como del pensamiento portador de reflexión y ética.
El arte en este sentido ofrece medirse al mundo con referentes de complicidad entre el artista y el público, jugando un papel de conciencia compartida y entrando en una nueva cultura ciudadana con compromiso con las artes.
Los jurados tendrán la dificultad de seleccionar el premio frente a mucha consistencia e inteligencia de las propuestas.
Elvin Díaz nos ha sorprendido por la coherencia de su lenguaje visual muy equilibrado en el contexto social de la frontera.
Su obra Placenta tiene un recurso minimalista de un globo que el artista penetra y va entrando en él compenetrando con la matriz de la isla, aportando un guiño del origen que llama la atención a la población transeúnte en el puente y que detiene su flujo de movimiento para entrar en el discurso del artista y asistir con curiosidad lúdica, al parto de un futuro en gestación.
La instalación de Natalia Ortega aporta una estrechez de concepto entre materia, arte y artesanía con un discurso gráfico y visual que esta artista domina con mucha maestría en la utilización del mimbre y del guano, que le permite acudir a materiales vegetales de la isla e inscribir en ellos sus formas, dando cuerpo y volumen a sujetos visuales que conforman un conjunto con peso y una poética de flotación en dos alfombras de guano voladoras.
Sus objetos son de grandes dimensiones y la asociación entre ellos con sus características imprecisas de seres o animales nos conducen hacia un cadáver exquisito y surrealista donde basta apropiarse de una lectura independiente, sobre todo cuando en la poética supera el significado, lo que logró la artista.
Mencía Zagarella: una serie de pensamientos en la pared que juegan con el ánimo del arte urbano, en la libertad de expresión anónima que en muchos casos corresponde al silencio de la cobardía colectiva. La artista recurre a máximas que responden a la conjugación de la ética con la estética del pensamiento libertario y de la nostalgia de los movimientos filosóficos y anarco situación citas de los sesenta.
Este recurso visual tan minimalista nos inspiró el recuerdo de mayo del 68, cuando los eslóganes de las paredes cumplían con los ideales y los sueños.

Haciendo cada vez más un acercamiento con la educación y la cultura, la propuesta pedagógica de esta muestra colectiva busca que los visitantes puedan reflexionar sobre la producción y el consumo de arte contemporáneo. La programación incluye puntos de lecturas en diversos espacios de la institución cultural, áreas de construcción y deconstrucción de objetos y textos, entre otros recursos disponibles.
Otros componentes educativos serán carreras de observación, el material didáctico ¡Mira y Descubre! para docentes y visitas temáticas, a partir de los diversos puntos del área pedagógica.
El 26 concurso León Jimenes convoca nuevas reflexiones y respuestas a la producción artística de las nuevas generaciones. Tenemos en este concurso la responsabilidad de nuevas apuestas. Vale la pena acompañar el desafío.

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