Ella dice que él la golpea desde hace varios años, que tenía que ponerle sillas, hierros y botellas a la puerta para impedir que la molestara, pero que por la noche, cuando se tomaba dos botellas de ron, la perseguía hasta la casa y de manera insistente le decía: “Abre que ‘toy pa’ti, mami”.

Este fue parte del testimonio de Carmen Castillo, la doméstica que ayer compareció al Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, en la continuación del proceso legal contra su ex marido Martín Vallejo, a quien denuncia como su violador, acusación que negó el hombre mientras estuvo bajo juramento, en el estrado. El ministerio público pidió para él una condena de diez años, pero el tribunal que preside Antonio Mejía le impuso una pena de tres años. La mujer, que reside en el sector Cuba, de Cristo Rey,  alegó que entabló relación con Vallejo en  1998 -durante cinco años- y que éste no aceptaba el rompimiento. Empero, la defensa del imputado declaró que la mujer quería verlo en la cárcel para vender la casa de ambos.