Panamá. EFE. El asesinato ayer de la líder indígena hondureña Berta Cáceres generó el repudio de activistas, organismos humanitarios y Gobiernos, así como reclamos de justicia y críticas a las autoridades de Honduras, que han asegurado que ese “horrendo» crimen no quedará en la impunidad. Cáceres, de 45 años y madre de 4 hijos, fue asesinada ayer en su casa en La Esperanza, al parecer por dos hombres armados.
La organización no gubernamental Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), con base en Costa Rica, condenó el crimen y aseguró que el Estado hondureño no proporcionó a Cáceres la protección adecuada.
Cáceres, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, gozaba de medidas cautelares de protección solicitadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).