Condenan en Cuba por corrupción

Condenan en Cuba por corrupción

LA HABANA (AFP).- El “cáncer” de la corrupción, al que Fidel Castro prometió extirpar con urgencia para salvar la revolución cubana, tocó las altas esferas del poder: Juan Carlos Robinson es el primer miembro del Buró Político del Partido Comunista en ser condenado por tráfico de influencias.

Robinson, de 49 años, hasta abril pasado miembro del Buró Político y del Comité Central del PCC, fue condenado por el tribunal provincial de La Habana a 12 años de prisión por “tráfico de influencias de carácter continuado”, anunció ayer, miércoles, el diario Granma, órgano del partido en el poder.

La sentencia, emitida en un proceso el 16 de junio -cuya realización salió a la luz pública ayer miércoles-, incluye la privación de derechos públicos, que consiste en la pérdida del derecho al sufragio y a ocupar cargos de dirección en los órganos del Estado.

El proceso contra Robinson tiene lugar en momentos en que el PCC lleva a cabo una reestructura interna y luego de que el pasado 17 de noviembre Castro proclamara una guerra contra la “corrupción”, las “ilegalidades” y los “nuevos ricos”. Esa “batalla”, que según el presidente cubano es de “vida o muerte” para la revolución que lleva 47 años en pie, comenzó cuando los trabajadores sociales coparon las gasolineras para frenar el robo de combustible, y siguió con controles en los mercados agrícolas, puertos, tiendas y otras dependencias estatales.

El control creó desasosiego en muchos cubanos que rechazan ser considerados “ladrones” o “nuevos ricos” -según Castro surgidos de la apertura económica que permitió para sobrellevar la crisis de los años 90-, porque viven del mercado negro.

Hasta ahora todos los cubanos de a pie se sentían señalados. Economistas sostienen que ante las prolongadas carencias y los bajos salarios reales, la población adoptó una estrategia de subsistencia que pasa por un extendido mercado que se nutre de los recursos del Estado.

Desde millones de litros combustible y toneladas de materiales para la construcción hasta ron y cigarrillos salen de las bodegas estatales para ser vendidos en la “bolsa negra”.

Pero el caso Robinson develó este miércoles que esa “corrupción” o “vicios”, como les llama Castro, llega también a las altas esferas del partido en el poder.

Aunque sin precisar casos específicos, Robinson, quien tenía 24 años de militancia en el PCC, fue condenado por usar “sus influencias con el propósito de obtener beneficios”.

“Nadie, con independencia de sus responsabilidades y méritos, puede violar la ley. Quien lo haga recibirá inexorablemente el peso de la justicia revolucionaria”, sentenció la nota oficial de este miércoles.

Robinson es el único miembro de Buró Político que ha sido depuesto y condenado por los tribunales en toda la historia de la revolución. En casos anteriores fueron integrantes del Comité Central pero no de ese influyente grupo de 23 personas, que toma las decisiones neurálgicas del país.

Sin embargo, otros miembros del Comité Central del PCC y altos cargos del Gobierno sí fueron depuestos y condenados por tribunales por casos de corrupción.

Los más representativos, acusados de malversación entre otros delitos, son  Luis Orlando Domínguez, ministro de Aviación Civil, condenado a 20 años en 1987; Diocles Torralba, vicepresidente del Gobierno y ministro de Transporte, sancionado a 20 años en 1989 y José Abrantes, ministro del Interior, 20 años en 1989.

En una intervención realizada en febrero pasado en la cancillería -que no trascendió en la prensa pero del cual circuló una versión escrita y un video-, Raúl Castro, sucesor designado del presidente, advirtió que la conducta incorrecta de algunos funcionarios frenaba la superación del problema de la corrupción.

En esa ocasión, el número dos de la jerarquía cubana, de 75 años, dijo -según esas versiones- que la “metástasis” del “cáncer” se está trasladando de “la rodilla a la cintura”.

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