El Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional condenó ayer a 30 años de prisión a Martín Batista Ogando, quien fue encontrado culpable del asesinato de su expareja Geraldine Sánchez en noviembre del año 2017. La condena impuesta tendrá que ser cumplida en la cárcel del kilómetro 15 de Azua.
El tribunal que componen las juezas Gisselle Méndez, Tania Yunes y Jissel Naranjo también impuso al condenado el pago de RD$5 millones a favor de los familiares de la joven.
En medio de la audiencia, el acusado pidió perdón a los familiares de la víctima, asegurando que no premeditó el disparo que le propinó a Sánchez en la cabeza mientras se encontraba frente a su trabajo, ubicado en el sector Galá.
Acusando y no juzgando. A la salida de la sala, el sentenciado manifestó que las magistradas no cumplieron su rol porque el tribunal adoptó una actitud “acusadora y no juzgadora”.
Su abogado, quien había solicitado 15 años de prisión para su cliente, adelantó que apelarán la decisión del tribunal colegiado de imponer la pena máxima.
El juicio de fondo, a solicitud de la defensa del acusado, fue separado en dos fases: una sobre la culpabilidad y la otra sobre la pena a cumplir.
A partir de esta división procesal, Batista se declaró culpable el pasado 28 de febrero, imponiéndole ayer la pena privativa de libertad.1