Condenan militar desertó en Irak

Condenan militar desertó en Irak

ATLANTA, EEUU (AFP).- Tras dos horas de deliberación, el jurado militar de una corte marcial de Estados Unidos declaró el viernes culpable de deserción a un sargento centroamericano que rehusó regresar a Irak, donde estaba destinado con el ejército estadounidense, alegando razones morales.

Camilo Mejía, de 28 años, de nacionalidades costarricense y nicaragüense, es pasible de una condena de hasta un año de prisión, y de exclusión del ejército por mala conducta. Su sentencia debe dictarse ulteriormente en Fort Stewart (Georgia), donde fue sometido a juicio.

Considerado desertor por el fiscal militar, Mejía alegó en su defensa el carácter «ilegal» de la guerra y el hecho de haber asistido a maltratos contra prisioneros iraquíes.

Tras un permiso de 15 días en Estados Unidos en octubre pasado, Mejía optó por no retornar a Irak, donde estuvo destinado varios meses, y pidió ser considerado objetor de conciencia.

El jurado que lo declaró convicto de deserción estaba integrado por ocho oficiales o soldados, algunos de los cuales ya estuvieron en Irak.

«Es un error de la justicia», alegó Todd Ensing, uno de los letrados de Mejía, citado por la edición electrónica del diario The Miami Herald. La madre del sargento, Maritza Castillo, aseguró que «no dejaré de luchar ni un sólo minuto por mi hijo».

«Vine (a Estados Unidos, de licencia) y decidí no volver (a Irak) porque puse en duda la legalidad constitucional e internacional de la guerra, y porque me sentía opuesto moralmente a las cosas que había visto allá como soldado», dijo Mejía el lunes en conversación telefónica con la AFP, antes de que se iniciara su juicio.

Mejía, residente legal desde hace 10 años en Estados Unidos, se entregó en marzo pasado a las autoridades militares estadounidenses.

Su juicio ante la corte marcial de Fort Stewart se inició el miércoles. Numerosas organizaciones pacifistas hicieron causa común con Mejía, que fue en cambio criticado por varios mandos militares.

«Este es un caso de deserción» alegó el fiscal, capitán A.J. Balbo, el jueves ante la corte marcial. «Es el caso de un jefe de escuadrón que abandonó a sus hombres cuando más lo necesitaban», añadió.

Otro de los abogados de Mejía fue Ramsey Clark, ex fiscal general (ministro de Jusiticia) estadounidense durante la administración de Lyndon B. Johnson, ahora una de las personalidades más críticas con la guerra en Irak.

Durante el proceso, Clark alegó ante el juez que es un error que mientras se juzga a soldados estadounidenses por abusos y torturas en Irak, se encause también a Mejía por expresar su oposición a esos abusos.

«Este caso es la otra cara de aquellos casos», afirmó Clark.

Sin embargo, el juez militar, coronel Gary Smith, advirtió desde el principio que el juicio no debía convertirse en un debate sobre la guerra, o sobre el trato a prisioneros en el país árabe.

Las reservas morales o éticas de un militar «no constituyen una justificación para desertar», afirmó el juez, citado por la prensa.

Padre de una niña de cuatro años en la actualidad, Mejía se alistó en el Ejército poco después de su llegada a Estados Unidos. Destinado durante tres años en Fort Hood (Texas, sur), fue transferido en 1998 a la base de la Guardia Nacional de Florida, en Miami, con la que estuvo en Irak.

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