Condenan peor asesino en serie EU

Condenan peor asesino en serie EU

SEATTLE (EEUU) (EFE).- Gary Leon Ridgway, considerado el mayor asesino en serie de la historia de Estados Unidos por la muerte de 48 mujeres, sollozó ayer y pidió perdón después de que un juez lo sentenciara a prisión de por vida.

«Pido perdón a las familias de las víctimas, pido perdón a mi familia, pido perdón a mis víctimas», dijo Ridgway, de 54 años, descrito como un aficionado a las orgías, el alcohol, la caza y la Biblia. [tend]

«Estoy muy acongojado por las jóvenes (cuyos cuerpos) no se han encontrado», agregó el criminal, de quien se sospecha que cometió otros homicidios en el noroeste del país que siguen sin resolverse.

El juez Richard Jones dijo que «el odio, el rencor, el deseo de revancha son un desperdicio de emociones» e instó a los familiares de las víctimas a que «miren hacia el futuro, y veneren la memoria de sus seres queridos».

Ridgway evitó la pena de muerte por un acuerdo con la justicia bajo el cual ayudó a la policía en la localización de los restos de sus víctimas, asesinadas a lo largo de las últimas dos décadas.

Algunos familiares de las víctimas también hablaron en la audiencia de sentencia, varios de ellos para expresar su dolor otros pocos para declarar públicamente que perdonan a Ridgway.

Mediante el acuerdo con la fiscalía Ridgway, divorciado dos veces y casado en terceras nupcias hace dos años, se declaró culpable del asesinato de 48 mujeres, en su mayoría prostitutas.

Como parte del acuerdo, Ridgway reveló a la policía los lugares donde abandonó los cadáveres de varias de sus víctimas, a muchas de las cuales estranguló después de haber tenido relaciones sexuales con ellas, principalmente en la casa en la que vivía y en el interior de un camión de su propiedad.

«Yo maté a 48 mujeres durante la primera cita con cada una de ellas», afirmó en una declaración jurada el pintor de camiones que residía en Auburn, un suburbio de la ciudad de Seattle, en el estado norteamericano de Washington.

En una declaración escrita por Ridgway, leída hoy por uno de los fiscales ante el juez Richard Jones, de la Corte Superior del condado de King (Washington), el reo afirmó que tenía la intención de dar muerte al mayor número posible de prostitutas.

El asesino confeso explicó que elegía a prostitutas porque normalmente no viven con familiares que puedan reclamarlas cuando desaparecen.

A pesar del pacto con los fiscales, el llamado «asesino de Green River», un suburbio al sur de Seattle, podría afrontar la pena de muerte en el vecino Oregón, donde está vigente la pena capital.

En un despoblado de ese estado se hallaron los cadáveres de dos mujeres, de las al menos cuatro docenas que asesinó Ridgway.

En el noroeste de Estados Unidos ha habido famosos asesinos en serie, entre ellos Robert Lee Yates, de 55 años y padre de cinco hijos, quien fue sentenciado a la pena capital tras haber admitido el asesinato de quince personas, principalmente prostitutas, entre las décadas del 70 y el 90.

Otro de esos célebres asesinos en serie es Ted Bundy, quien confesó la muerte de 28 personas en los años 70 y cuyos cadáveres fueron encontrados en los estados de Washington y Oregón.

Algunos amigos de Gary Ridgway dijeron que éste leía la Biblia en su trabajo -un taller de pintura de camiones donde trabajó durante 32 años-, bebía cerveza y salía luego en busca de prostitutas.

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