POR ODALIS MEJÍA
La Asociación Internacional de Arqueología del Caribe (AIAC) condenó la destrucción de depósitos arqueológicos de La Cueva de las Maravillas y Las Cuevas de Borbón para convertir a esas cavernas en lugares de visita sin que se hiciera previamente una investigación científica.

La condena de la AIAC se hizo en el vigésimo primer congreso realizado en Trinidad y Tobago, del 24 y el 30 de julio de este año en el que participaron 200 arqueólogos de toda la región del Caribe.

La IACA criticó que los depósitos arqueológicos que estaban en los pisos de las cavernas fueran destruidos durante las construcciones, sin que «se les hiciera un estudio apropiado y se les pusiera en resguardo».

Mostró su preocupación por la destrucción del patrimonio cultural y natural por la actividad humana como el turismo, la construcción de infraestructuras y el saqueo que son evitables, en todos los casos.

«Con un sentimiento de particular ironía, la AIAC ha reconocido que diferentes casos recientes de desarrollo económico que involucra el patrimonio han contribuido a la destrucción de los sitios arqueológicos en la región caribeña. Entre estos se encuentran incluidas varias cuevas muy importantes como sitos arqueológicos en la República Dominicana, destacándose la Cueva de la Maravillas y las Cuevas de Borbón», indica la proclamación de la plenaria de la AIAC.

Afirma que destrucciones de este tipo pueden afectar severamente la posibilidad de que estos lugares obtengan el estatus de Patrimonio Mundial.

La AIAC es la defensora principal de la investigación arqueológica y la preservación del patrimonio histórico en el Caribe, por lo que mostró su preocupación por la continua perdida de lugares arqueológicos de la región.

Es la responsable de la organización de todos los congresos internacionales de arqueología del Caribe. Está reconocida por la UNESCO como el máximo órgano representativo de la arqueología Caribeña, insular y continental.

La AIAC hizo un llamado a los individuos y las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales del Caribe a realizar un plan que permita evitar este tipo de destrucción innecesaria de los lugares arqueológicos de los sitios arqueológicos en el futuro.

«La apropiada investigación arqueológica puede ser un componente esencial de todo proyecto de desarrollo que involucre sitios de valor patrimonial, para de esta forma preservar y proteger el rico patrimonio caribeño cuando sea y donde quiera que sea posible», plantea.

La Cueva de las Maravillas, de la Romana, y las Cuevas de Borbón, de San Cristóbal, fueron habilitadas para el público en la gestión pasada de la Secretaría de Medio Ambiente.

Ambas cavernas son consideradas como importantes e impresionantes sitios de conservación de arte rupestre del Caribe.

Previo a la condena de la AIAC, Adolfo López Belando, arqueólogo especializado en arte rupestre, espeleólogo e investigador Asociado al Museo del Hombre Dominicano, denunció que el criterio utilizado para la puesta en uso publico de las Cuevas de Borbón se puso en peligro las pictografías de la caverna, se destruyó el estrato arqueológico de la cueva y su morfología original sin permitir que especialistas rescaten este patrimonio antes de realizar las obras de «acondicionamiento».

Consideró que habría sido posible poner en uso público la caverna sin dañarla, pero que «primaron los intereses materiales sobre los culturales».

«Debo expresar con extremo dolor que los responsables de las obras de la cueva nº 1 de Borbón han violado todas las leyes de la ética y de la profesionalidad al realizar el mayor destrozo de un yacimiento arqueológico que he visto, solo comparable a la destrucción que las mismas personas realizaron en la cueva de Las Maravillas», indicó López.

En tanto que Gabriel Atiles, investigador y ex director de Artes Rupestre del Museo del Hombre Dominicano, denunció que los trabajos realizados en la Cuevas de Borbón son violatorios a las leyes de patrimonio cultural de la humanidad, el cual se ve amenazado con esos proyectos «desafortunados, carentes de estudios y de personal técnico calificado para la implementación de los mismos».

Calificó de «grotescos, desordenados, carentes de estudios, desproporcionados, destructivos a la fauna fósil, de las formas de vida del ambiente subterráneo, del equilibrio biológico de la cueva del aspecto natural y que pone en peligro los recursos que aún permanece, lo cual amerita una condena pública».