La vida actual es cada día más frenética y el tiempo siempre más corto. En una encuesta realizada por una empresa de seguros británica, llegó a relucir que los conductores de más de 70 años serían el eslabón débil del transito.
Un colectivo de personas que la edad comienza a pasar factura pero no renuncian a la movilidad al volante. La encuesta revela que un 49% de los consultados entre 18 y 50 años preferiría que los conductores ancianos dejaran de manejar, ya que, según ellos, circulan demasiado lento y de forma errática.
Otro estudio realizado en Estados Unidos llegó a la conclusión que el incremento de conductores ancianos triplicará el número de accidentes. El asunto es seriamente estudiado por los responsables de Tráfico de estos países, pero el remedio no es fácil. Las soluciones pueden ser muy variadas. Una consistiría en limitar paulatinamente el acceso al volante de las personas de cierta edad. Pero: ¿tienen derechos las autoridades a hacer eso? La medicina ha permitido prolongar la vida de la gente, ¿no logrará mejorar también los reflejos de los ancianos?
Los ingenieros especializados en seguridad piensan que la respuesta podría ser el auto autónomo. Un vehículo que sería capaz de andar solo evitando los peligros. Y si éste no reaccionara, podría el anciano asumir el control del auto para evitar peligros.