En una encuesta realizada en Inglaterra, se puso a relucir que los conductores de más de 70 años son el eslabón débil del tránsito actual. Un colectivo de personas a las que la edad comienza a pasar factura y que no renuncian a la movilidad. La encuesta reveló que en dicho país un 49% de la sociedad consultada preferiría que los conductores ancianos dejaran de manejar, ya que, según ellos, circulan demasiado lento y de forma errática.
Además, en otro estudio realizado en Estados Unidos, se llegó a la conclusión que el incremento de conductores ancianos triplicará el número de accidentes en los próximos años. Para la solución del problema una de las medidas sería limitar paulatinamente el acceso al volante de las personas de cierta edad. Pero, ¿tiene derecho la sociedad a hacer eso? Los ingenieros especializados en seguridad piensan que la respuesta podría estar en el auto automatizado. Un vehículo que sería capaz de ver en todo momento lo que sucede a su alrededor, anticipar los peligros y alertar de ellos al conductor y si este no reaccionara, podría asumir el control del vehículo para realizar las maniobras necesarias para evitar peligros.

Hoy en día, con la conducción autónoma, esto es técnicamente posible, aunque las leyes de tránsito de la gran mayoría de países todavía no permiten usarla. Por eso no se ha comercializado aún un piloto completamente automático, aunque sí múltiples automatismos que simplifican la labor del conductor, siendo capaces de frenar y controlar la estabilidad del auto regulando la velocidad y manteniendo la distancia de seguridad adaptando el auto al ritmo del tráfico.

Por otra parte, los sistemas electrónicos aún no ofrecen la fiabilidad requerida. Pero, en opinión de los expertos, el auto completamente automatizado podría ser una realidad en muy poco tiempo. Según los expertos, dispositivos de conducción autónoma pueden ser de gran ayuda para todos los conductores, pero especialmente para los mayores.