En verano, con los calores y en una ruta, es fundamental la hidratación del conductor. EFE/Juan Carlos Hidalgo
Un estudio realizado en el Reino Unido indica que los conductores que viajan con un nivel de hidratación insuficiente cometen el mismo número de errores que aquellos que están bajo los efectos del alcohol.
El famoso lema “si bebes, no conduzcas” solo debe aplicarse a las bebidas alcohólicas. En cambio, beber agua resulta muy aconsejable para mantener una buena hidratación, tanto antes del viaje como durante el trayecto.
En este sentido, el estudio “Deshidratación y conducción”, realizado en el Reino Unido, indica que los conductores que viajan con un nivel de hidratación insuficiente comenten más errores que cuando están bien hidratados.
La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Loughborough, en el condado de Leicestershire, en colaboración con el European Hydration Institute (EHI), muestra un riesgo para la seguridad vial, hasta ahora poco conocido, que se acentúa en los meses de más calor, lo que coincide con las operaciones de tráfico propias de las vacaciones.
Las pruebas del estudio, practicadas en un simulador, concluyen que la falta de hidratación hace que los conductores cometan el doble de errores que si estuvieran adecuadamente hidratados, un número similar al que tendrían si se hallaran bajo los efectos del alcohol.
“En el ensayo clínico no hay posibilidad de error porque las mismas personas participaban en la investigación hidratadas y levemente hidratadas”, explica Lluís Serra-Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y miembro del comité científico asesor del European Hydration Institute.
“Lo más importante de este estudio es que analiza por primera vez cómo afecta una deshidratación leve a la capacidad de respuesta al volante ante imprevistos durante la conducción”, aclara el experto.
El estudio “Deshidratación y conducción” expone que entre los errores más comunes cometidos tanto por conductores que no están adecuadamente hidratados como por aquellos con un nivel de alcohol en sangre de 0.8 g/l, destacan las salidas involuntarias del carril, frenar demasiado tarde y tocar o rebasar la línea del arcén.
En este sentido, el profesor Serra-Majem señala que sin la correcta hidratación “disminuye la capacidad de atención y de reacción ante un imprevisto, sobre todo si la conducción es aburrida y requiere poca atención, por ejemplo, en una autopista a una velocidad moderada”.