Hoy 
POR ALEIDA PLASENCIA
El Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) consideró que los niveles de empleos acordados por gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobrepasan en un alto porcentaje los requeridos para el buen funcionamiento del Estado.
El CONEP argumentó también que el país no puede darse el lujo de tener una nómina supernumeraria, «cuando hay tantas otras necesidades sociales que afrontar con los recursos que aportamos los contribuyentes».
En un boletín de prensa, la entidad sugiere que se revise la nómina pública en función del estudio que la Comisión Nacional de Adecuación de Personal para la Administración Pública presentó al entonces presidente Hipólito Mejía en mayo del 2003.
«Pues entiende que a partir de esa óptica, deberá reestructurarse el presupuesto bajo otros principios y parámetros que contribuyan más aún al crecimiento económico y social», agrega el CONEP.
El gobierno habría acordado con el FMI congelar la nómina pública en el mismo número de empleados a octubre, con un gasto en ese renglón de RD$38,500 millones en el 2005.
De acuerdo al último informe de la economía nacional para el período enero-septiembre del 2004, el personal ocupado promedio del Gobierno Central era de 320,558 empleados.
En el documento en que el CONEP se refiere a lo acordado por el Gobierno y el FMI con relación a la nómina pública, dicha entidad empresarial dice que otro punto fundamental que debe contemplar el presupuesto es respecto a lo atinente a las acciones que debe promover el Estado para que el país sea más competitivo, ya que de nada sirve a los empresarios modernizarse y eficientizarse, si el Estado no hace lo mismo.
«Establecer nuevas cargas tributarias en detrimento de los sectores productivos y de los consumidores, tan sólo puede traernos mayores problemas de los que ya tenemos», sostiene el CONEP.
Dice que actualmente es momento de eficientizar el Estado, fortalecerlo y reducirle su tamaño, así como de eliminar barreras y trabas a la competitividad y promover la inversión para que haya más y mejores empleos que es lo que verdaderamente dinamiza la economía y podría ayudar a paliar y disminuir la pobreza.
Plantea la pertinencia de que el Estado provea y a la vez focalice su rol social en atención a los más indigentes, procurando crear oportunidades que les permitan, de manera digna y para siempre, salir de la situación de pobreza y del círculo vicioso en que se encuentran.
