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La Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro) presentó ayer las cifras que demuestran las importaciones excesivas de productos agropecuarios realizadas el año pasado.
De acuerdo con Eric Rivero, presidente de la entidad, esas importaciones violan las cuotas de los contingentes arancelarios negociados en el DR-Cafta y están llevando a la quiebra a cientos de productores nacionales.
Reveló que en este primer trimestre tienen cifras que demuestran que las importaciones son superiores a igual periodo del año pasado. Rivero contradijo las estadísticas presentadas por el Ministerio de Agricultura, que aseguraba que las importaciones el año pasado fueron menores a las establecidas en el acuerdo comercial.
Para ilustrar, presentaron el caso de las importaciones de trozos y despojos de pollo, cuya cuota establecida era de 640 toneladas métricas, sin embargo, se trajo al país 17,371 toneladas métricas. En el caso de la carne bovina, la cuota establecida era de mil 600 toneladas métricas para 2011, pero el Ministerio autorizo 4,150 toneladas métricas.
Los cortes de cerdo asignados para las importaciones el pasado año ascendían a 5,500 toneladas métricas, sin embargo, se permitió traer 13,702 toneladas métricas.
En el caso de la leche en polvo, lo pactado era traer 4,320 toneladas, pero se importaron 5,509 toneladas métricas.
Los miembros de Confenagro mostraron a los periodistas cómo entrar a la página de Internet del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que es www.fas.usda.gov y la de la Oficina de Tratados Comerciales Agrícolas del país otcasea.gob.do, en las que se pueden ver las cuotas de importación y las importaciones realizadas.
Dijeron que las cifras mostradas solo corresponden a las importaciones hechas desde los Estados Unidos, sin tomar en cuenta las realizadas de los países de Canadá, Suramérica, Unión Europea y otros, desde donde también se importan muchos productos.
Rivero deploró que mientras las importaciones crecen, las exportaciones están estancadas, lo que, dijo, se debe a la falta de políticas agropecuarias correctas, al abandono del campo y, sobre todo, a un manejo turbio de los permisos de importación.
