Conferencia episcopal llama a solidaridad ante crisis

Conferencia episcopal llama a solidaridad ante crisis

La Conferencia del Episcopado Dominicano dijo ayer que ante el difícil panorama nacional y mundial es tiempo de darse la mano con esperanza y unión solidaria de todos los dominicanos, en vez de egoísmos y practicar el individualismo cultivando la solidaridad.

En una Carta Pastoral con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Altagracia en próximo día 21, y dada a conocer ayer, los obispos piden al pueblo dominicano ser solidario, auténtico, no practicar la corrupción, ser íntegros, humildes rechazar la soberbia, el despilfarro, la violencia, prepotencia y la servicialidad.

Piden manejar seria y responsablemente el mundo económico y financiero, reajustar el valor de la moneda nacional, agilizar y dignificar el ejercicio judicial, disminuyendo el desempleo, atendiendo a los pobres encauzando el destino del país.

Asimismo, reclama que en vez de practicar la violencia, inmediatismo continuo, la inoperancia, emotividad, ligereza, ociosidad, imposición, libertinaje, capricho e improvisación esto sea sustituido por el respeto y la armonía, el estudio y la prevención, la eficacia, nacionalidad, razón, diálogo, concertación, responsabilidad, laboriosidad, persuasión, disciplina y que reine el imperio de la Ley.

«Para nadie es un secreto que la cultura dominicana ha sufrido grandes transformaciones y que hoy la tenemos altamente contaminada de falsos valores que condicionan el comportamiento general del pueblo dominicano y que en ella está la raíz de muchos de nuestros problemas y de la crisis actual que a todos nos inquieta», expresan los obispos en su Carta Pastoral.

Dicen que ante la crisis que hoy reta al pueblo dominicano, tanto cultural, social, económica y política, no cabe actuar con pesimismo, porque «contamos con la energía, habilidad y competencia manifiesta y latente del pueblo dominicano».

Señala que con los defectos y prevaricaciones «hemos llevado a la nación a la grave situación en la que está metida, pero con nuestras capacidades y virtudes la vamos a colocar en alto, donde debe y merece estar».

Precisan que sus esperanzas no se fundamentan sólo en los buenos deseos y aspiraciones de todos los dominicanos, sino en los valores sanos que se deben enarbolar en todo momento desde el más encumbrado, hasta el más pobre y marginado de los dominicanos.

Explican además que «el amor ennoblece, engrandece y dinamiza al ser humano; y el odio, la indiferencia, lo empequeñece, lo degrada y lo esteriliza».

«La iglesia nos ha exhortado siempre a completar las obras de justicia con las de misericordia y nos ha enseñado que éstas son catorce: siete espirituales y siete corporales», manifiestan los obispos.

Asimismo, indican que los dominicanos, con la gracia de Dios, deben convertir el 2004 en un año glorioso en la historia del país, logrando «enderezar los entuertos, cambiar los valores y comportamientos, aumentar la producción y productividad».

También reclaman la promulgación de leyes pendientes, establecer el imperio de la Ley, adecentar la administración pública y convertir el Poder Público en servicio sabio y eficiente.

La Carta Pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicano está firmada por el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, por el arzobispo de Santiago, Ramón Benito de la Rosa y Carpio; el obispo de San Francisco de Macorís, Jesús María de Jesús Moya; el de Mao-Monte Cristi, Tomás Gerónimo Abreu; el de La Vega, Antonio Camilo; y de San Juan de la Maguana, José Grullón Estrella.

También el de Baní, Freddy Bretón; de Puerto Plata, Nicanor Peña; de San Pedro de Macorís, Francisco Ozoria Acosta y de Barahona, Rafael Felipe Núñez.

También firman la Carta Pastoral los obispos Emérito Juan Félix Pepén, Juan Antonio Flores, Roque Adames, Fabio Mamerto Rivas, Francisco José Arnaiz, así como el obispo titular de cene, Amancio Escapa, el obispo titular de vita, Pablo Cedano Cedano, el obispo titular de Vardemissa, Diómedes Espinal y el secretario general del Episcopado Dominicano, Ramón Benito Angeles Fernández.

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