Confianza y gobernabilidad a la Reformista para recuperarnos

Confianza y gobernabilidad a la Reformista para recuperarnos

En su reciente declaración, el FMI reitera su insistencia en la “débil confianza” como causante de la desaceleración económica dominicana, agregando el mejoramiento de la gobernanza particularizada en el Banreservas, como premisas para recuperarnos económicamente.

Como no ha habido desprendimiento de las características fiscales y financieras, ni del funcionariado implementador, que provocaron desconfianza e ingobernabilidad desaceleradoras del crecimiento, parecería llegado el momento de retomar políticas públicas expresamente dirigidas a restablecerla y mejorarla, respectivamente.

La “débil confianza” citada se acentúa por discrepancias entre discurso presidencial y praxis gubernamental, por cambiantes reglas fiscales iniciadas con la última reforma tributaria, continuadas mediante dispensas administrativas; por precariedades financieras y gerenciales y por tímidos esfuerzos para imponer una austeridad equilibradora del presupuesto, reductora del endeudamiento y generadora de excedentes invertibles.

La “débil confianza” inhibe la capacidad para emprender iniciativas generadoras de producción y puestos de trabajo: Desempleados, o trabajadores que trabajen menos, al disminuir sus ingresos, se convierten en consumidores precavidos en sus compras, afectando recaudaciones, causando déficits presupuestarios inductores de endeudamientos.

La insuficiente producción tiende a aumentar importaciones y disminuir exportaciones, provocando desequilibrios en balanza de pagos demandantes de financiamientos para equilibrarla; agravados por dolarización de ahorros inducida por desconfianza.

Todo ello termina provocando un “sálvese quien pueda” conducente a actitudes alimentadoras de ingobernabilidades; que se ha pretendido contener mediante complacencias fiscales siguiendo el esquema del gobierno anterior: subsidios sociales y tarifarios, dispensas de tributación, reciprocando favores y apoyos electorales de élites partidarias divorciadas de gobernados expectantes de la corrección e innovación prometidas durante la pasada contienda.

Pero estas complacencias tienden a empeorar la desconfianza e ingobernabilidad: los gastos aumentan más rápidamente que las recaudaciones, empeorándose finanzas públicas y aumentando endeudamientos generadores de más gastos; exponenciando desconfianza e ingobernabilidad.

Todo ello enmarcado dentro de concepciones estatales “socio-populistas” como contraparte de sostenibilidad socio-política al neoliberalismo impuesto mediante la especulación financiera.

De proseguir con estas concepciones, desconfianza e ingobernabilidad continuarán gravitando negativamente en la agenda de preocupaciones nacionales e internacionales; lo cual resulta inexplicable existiendo experiencias susceptibles de ponderación tanto dentro como fuera del país.

Es el caso de gobiernos disciplinados del socialcristianismo alemán, y de su par dominicano reformista: bastaba la palabra para concitar confianza y austeridad generadora de excedentes para efectuar inversiones que convirtieron nuestra nación de ocupada e hipotecada a gobernable.

Para ello se cuenta con voluntad a la reformista: No de la demandante de favores para reciprocar complacencias partidarias, sino del enquistado en las entrañas ciudadanas;como el de las mujeres reformistas que reclamaron el respeto a la investidura presidencial dominicana en la reciente conferencia celebrada en el país.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas