Confianza y solidaridad criolla incentivan negocio inmuebles

Confianza y solidaridad criolla incentivan negocio inmuebles

HIGÜEY. La República Dominicana es un país donde se producen situaciones en el negocio inmobiliario que sólo pueden explicarse por el exceso de confianza y de solidaridad con que el dominicano recibe al extranjero.

Es el caso de  una familia de 12 hermanos naturales de la sección Anamuya, de Uvero Alto, Higüey.

Una señora fallecida en 1948, Paulina Rijo, era la propietaria de una porción de 128,337 metros cuadrados constituidos en la parcela descrita por el Tribunal Superior de Tierras como la 206-T, del Distrito Catastral 47-2, ubicada en Anamuya, de la provincia La Altagracia.

Al morir la propietaria, su hija, Victoria Castro Rijo, pasa a ser la nueva propietaria de los terrenos. Es una porción de terrenos limitados al Norte, por el Océano Atlántico, al Este, por la parcela 206-S; al Sur, la parcela 206-K y al Oeste, la parcela 206-J.

 Según un acto del tribunal, la señora Paulina Rijo, la madre de Victoria, fue investida con el derecho de propiedad de la parcela 206-T por el tribunal que tenía su asiento en San Pedro de Macorís, el 15 de junio de 1960, según consta en el acto firmado por el licenciado Demetrio Guerrero D, registrador de Títulos del Departamento de San Pedro de Macorís.

Actualmente, los herederos la tienen plantada de cocos, en adición, el amplio espacio de playa que le concede el Atlántico.

La señora Victoria Castro Rijo fue visitada mientras vivía en la calle Libertad, casa 154 de Higüey por personas que le eran desconocidas hasta entonces: una empresaria turística cubana, María Amelia Cachaldora, y unos españoles, quienes le proponen comprarle a 200 dólares el metro cuadrado la propiedad de su parcela 206-T y le dicen que es para un proyecto de desarrollo turístico.

  Victoria le da la noticia a  sus 12 hijos y firma un papel manuscrito contentivo de un acuerdo entre las partes de compra-venta el 16 de junio del 2007,  en el cual ella se compromete a dotar a sus hijos del 50% de los 25,667,400 millones de dólares que acordaron y la parte restante, para ella.

Una cláusula del manuscrito indica que «esta opción de compra-venta se formalizará en los próximos 30 días, fecha en la que la parte vendedora aportará los títulos de la propiedad, libres de cargas y gravámenes, y la parte compradora procederá a realizar el pago de la manera acordada en este período de 30 días.

Pasa la fecha acordada  pero la señora Castro Rijo no recibe un centavo de lo acordado. Pero le llega una notificación reclamando que no había presentado y se le da un plazo.

Ahí comienza la batalla legal en la que los abogados de María Amelia, de la oficina Castillo-Castillo le notifican sobre una litis sobre «Derechos Registrados en Cumplimiento de Promesa  de Venta u Opción de Compra». Es el día 9 de septiembre del año 2009.

El demandante es la compañía JJH Capital Inversiones Exteriores ETVE,S.L., constituida conforme a las leyes de España.

En medio de la disputa de demanda y contrademanda, le llega a la señora Castro Rijo otra oferta. En lugar de pagarle la mitad de lo acordado,  25.667.400 millones de dólares, le ofrecen «un millón de dólares» y unos apartamentos de un hotel que tiene el «inversionista» Pepe Hidalgo en playa «Cortesito». Victoria  desmejoró su salud y cinco años después murió a los 89 años.

Las claves

1.  Origen

Paulina Rijo era la propietaria de una porción de 128,337 metros cuadrados. Su hija Victoria pasa a ser la heredera

2.  Visita

 Victoria Castro Rijo firmó un acuerdo con María Amelia Cachaldora y unos españoles para vender los terrenos.

3. Final

El dinero nunca llega, pero luego viene una litis.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas