Estados Unidos perderá la nueva guerra fría si persiste en confrontación con China
Como se venía advirtiendo, y expuse en varias ocasiones en esta columna, es un hecho confirmado que la economía china es la única entre las desarrolladas que logra crecer este año.
Superando un fatídico 6.8% de contracción en el primer trimestre y habiendo vencido la epidemia –porque hizo lo que había que hacer anteponiendo radicalmente salud a economía- logró un repunte de 3,2% al segundo trimestre y 4.9% en el tercero, ahora se confirma que el saldo final anual es un crecimiento de 2%, para el Banco Mundial y 1.9% para el FMI. Aún más, el Banco Mundial pronostica que China crecerá 7.9% en 2021 en tanto el FMI prevé será un 8.2%. Para desaliento y frustración de los “conspiradores” que solo saben mirar a China con lentes negros, resalto, a riesgo de redundante, de que quienes están valorando ese resultado son organismos globales no adictos a los “comunistas” chinos.
Al igual que ante la crisis de 2008 que estremeció al mundo y el país la bordeó convirtiendo el consumo interno en motor de la economía –factor que permitió alcanzar la eliminación de la pobreza extrema en 2020- ahora el país potenció la “doble circulación” – consumo interno y exportaciones- para reactivar la economía.
Desde Nueva York la consultora Eurasia Group resalta que la “recuperación de China se ha visto apoyada por una política monetaria y fiscal acomodaticia, así como una exitosa estrategia de contención del virus que ha facilitado un sólido rebrote tanto de la demanda doméstica como de las exportaciones”.
El particular sistema político del “socialismo con características chinas” le posibilitó al país, potenciando su poderoso instrumento planificador, recuperar rápidamente el comercio exterior –importaciones y exportaciones- para alivio del mundo; su enorme capacidad financiera le permitió desde los primeros momentos apoyar el crecimiento y el empleo así como inyectar en bonos US$561 mil millones que para la calificadora Fitch triplica los fondos para infraestructura; el sector estratégico de los servicios repuntó sólidamente desde abril y, superada la pandemia, se liberó el turismo interno que en la tradicional “Semana Dorada”, del feriado anual de octubre, movilizó 637 millones de chinos generando ingresos por US$69 mil millones.
Este año China se convirtió en el principal socio comercial de la Unión Europea –un comercio de US$515,685 millones, sobre los 412,500 de EEUU-. Dije en varias ocasiones que el mundo necesitaría a China y ello incluye a Estados Unidos.
El FMI, con una visión permanentemente cambiante, también espera que las demás economías avanzadas y emergentes, globalmente, caigan 5.8% y 5.7% respectivamente, con un desplome de 4.3% para EEUU. Mientras unos apuestan que la nueva “guerra fría” y la guerra comercial de EEUU serán escenarios de derrota para China, es lamentable que algunos no se den cuenta que al igual que la URSS perdió la “Guerra Fría” con Washington por el factor económico, también ahora los EEUU, si el nuevo Gobierno persiste en la confrontación con Beijing soñando con detener su economía, perderá por las mismas razones que hace 30 años ganó y los que le siguen ciegamente, perdiendo oportunidades, pagarán también las consecuencias.