WASHINGTON (EFE).- El Congreso de EEUU confirmó ayer la reelección del presidente George W. Bush en los comicios del 2 de noviembre, tras un debate forzado por los demócratas en torno al escrutinio en el estado de Ohio.

   Tras una demora de cuatro horas, los legisladores -en sesión conjunta de ambas cámaras- determinaron que Bush logró 286 votos del Colegio Electoral contra 251 logrados por el senador demócrata John Kerry.

   El cuestionamiento del resultado de Ohio, el primero en la historia política en EEUU desde 1877, había sido presentado por la representante Stephanie Tubbs y la senadora Barbara Boxer, ambas demócratas.

   Las legisladoras alegaban que los sufragios de Ohio, que dieron 20 votos del Colegio Electoral a Bush, «no se emitieron, en todas las circunstancias conocidas, de manera regular».

   Por lo tanto, indicaron, la ley requería que tanto la Cámara de Representantes como el Senado se reunieran de manera separada para debatir las irregularidades registradas en Ohio. Según explicó Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, el cuestionamiento no tenía como objetivo poner en tela de juicio los resultados finales de la elección.

   «En cambio, la intención ha sido discutir los verdaderos problemas de nuestro sistema electoral y los fallos del proceso en Ohio y en otros lugares», indicó.

   Tras los comicios de 2000, que estuvieron marcados por las irregularidades en Florida, ningún senador quiso secundar la petición de un debate sobre los problemas en las urnas que realizaron los legisladores negros de la Cámara de Representantes.

   Esta vez, sin embargo, la senadora Boxer, de California, accedió a suscribir la solicitud.

   En una carta enviada a Tubbs, de Ohio, Boxer accedió a la solicitud de su colega de que presentase una objeción en el Senado para forzar a ambas cámaras a abordar los problemas electorales.

   «La única forma inmediata de divulgar estos hechos es permitiéndole a usted tener un debate de dos horas para que el pueblo estadounidense conozca los hechos sobre la elección en Ohio», dijo Boxer.

   No obstante, el propio candidato demócrata derrotado, el senador John Kerry, reconoció que esos problemas no cambiaron el resultado de los comicios.

   «Pese a los informes de irregularidades, prácticas dudosas por parte de algunos funcionarios electorales y casos en que se les negó a los votantes el derecho al voto, nuestros equipos legales en el terreno no han encontrado pruebas que cambiarían el resultado de la elección», dijo el miércoles Kerry en un mensaje a sus partidarios.

   El senador por Massachusetts les instó a comunicarse con los líderes republicanos en el Congreso para que revisen el sistema electoral de EEUU, donde los estados regulan los comicios y no existe una norma federal que establezca directrices homogéneas.