Confirman en Irak condena a Saddam y
muertos de EEUU superan cifra del 11/09

<p>Confirman en Irak condena a Saddam y <br/>muertos de EEUU superan cifra del 11/09<br/></p>

BAGDAD, Dic 26 (AFP) – Un tribunal iraquí ratificó este martes la condena a muerte en la horca del ex dictador Saddam Hussein, mientras en una nueva jornada de violencia la cifra de militares estadounidenses muertos en Irak superó las 2.973 víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

La corte de apelación del Alto Tribunal Penal Iraquí «ratificó el veredicto de ejecución de Saddam Hussein», declaró el portavoz de dicha corte, Raed Juhi, en un anuncio que coincidió con una nueva jornada sangrienta en Irak, donde al menos murieron 49 personas en varios atentados.

A esas víctimas se suman cuatro nuevas muertes en las filas de Estados Unidos, que han elevado el número de militares estadounidenses muertos desde la invasión en 2003 de este país a 2.976, una cantidad superior a la cifra simbólica de las 2.973 víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Como la mayor parte de las víctimas estadounidenses, tres de los militares muertos este martes fallecieron en la explosión de una bomba artesanal al paso de su vehículo.

En cuanto al ex presidente iraquí, éste será ahorcado antes de 30 días, «a partir del miércoles», precisó un juez del tribunal de apelación, Arif Shaheen.

Saddam Hussein -quien dirigió el país con mano de hierro desde 1979 hasta la invasión estadounidense que acabó con su régimen, en 2003- fue condenado a morir en la horca el pasado 5 de noviembre por su responsabilidad en la matanza de 148 chiitas de la aldea de Dujail, en represalia por un atentado fallido contra el convoy en el que viajaba en 1982.

Su medio hermano Barzan al-Tikriti, ex jefe de los servicios de inteligencia, y el ex presidente del tribunal revolucionario, Awad al Bandar, también condenados a muerte, serán igualmente ejecutados, dijo Shaheen.

Saddam Hussein morirá en la horca aunque está siendo juzgado junto con otros seis ex dirigentes de su régimen por haber ordenado y ejecutado las campañas militares de Anfal en el Kurdistán (norte) entre 1987 y 1988, que costaron la vida a unos 180.000 kurdos.

Los tres condenados recurrieron la setencia en apelación pero, según la ley iraquí, la sentencia, ahora confirmada, no puede ser recurrida de nuevo y debe ser aplicada en un plazo máximo de un mes.

El abogado del presidente derrocado, Jalil Dulaimi, afirmó que la decisión del tribunal era «previsible», y denunció de nuevo lo que a su juicio es un proceso «político».

La corte de apelación también confirmó las condenas a 15 años de cárcel de otros tres acusados, ex dirigentes locales del Baas, el partido de Saddam Hussein.

Asimismo, el tribunal no sólo rechazó la apelación del ex vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan, condenado a cadena perpetua, sino que incluso pidió que dicha sentencia sea agravada.

Según la ley iraquí, ninguna autoridad, ni siquiera el jefe del Estado, puede graciar o conmutar las condenas pronunciadas, recordó Juhi.

Las penas de muerte de Saddam Hussein y de sus dos co-acusados deben ser firmadas por el presidente iraquí, Jalal Talabani, quien manifiestamente opuesto a la pena capital, dejó que fuese su vicepresidente quien firmase varias sentencias de ejecución en meses pasados.

Por su parte, la Casa Blanca afirmó que la condena a muerte de Saddam Hussein era «un hito» para los iraquíes y estimó que el ex «tirano» había tenido un proceso justo.

«Este día es un hito para los esfuerzos del pueblo iraquí en remplazar el gobierno de un tirano por el gobierno de la ley», dijo un portavoz estadounidense.

Entretanto, Bagdad volvió a ser blanco este martes de cuatro atentados que dejaron 49 muertos y un centenar de heridos.

El atentado más mortífero se produjo cerca de una mezquita sunita de un barrio del norte de Bagdad, donde al menos 20 personas murieron y otras 35 personas resultaron heridas en la explosión de un coche bomba.

Asimismo, las fuerzas de seguridad iraquíes descubrieron al menos 41 cadáveres en varias calles de Bagdad, donde diariamente aparecen decenas de cadáveres, a veces mutilados y con signos de tortura.

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