Existe la creencia, muy extendida, de que el cáncer de ovario es un tumor que no produce síntomas hasta que no está en un estado muy avanzado. Pero en las últimas décadas varios estudios han constatado que hasta 94% de las afectadas afirman haber sufrido dolores el año previo al diagnóstico y, además, en 67% las molestias recurrentes.
El asesino silencioso, tal y como han bautizado a este tipo de tumor, debido a los problemas que existen para detectarlo precozmente cuando, precisamente, las posibilidades de curarlo se elevan al 90%, se ha convertido en la quinta causa de muerte por cáncer entre la población femenina de Estados Unidos. En España, más de 1.600 mujeres fallecen cada año por su culpa y se estima que una de cada 55 lo sufrirá a lo largo de la vida.
Ahora, un grupo de investigadores dirigidos por Bárbara A. Goff de la Universidad de Washington, en Seattle (Australia), publica un trabajo en la revista The Jounal of the American Medical Association que demuestra que existe una serie de síntomas que puede ayudar a identificar a las mujeres la posibilidad de desarrollar un tumor en los ovarios.
[b]Las molestias[/b]
Las nuevas conclusiones proceden de un estudio en el que se compararon las respuestas de 1.709 mujeres que fueron a dos centros de salud (quienes rellenaron de forma anónima un cuestionario sobre problemas que habían experimentado el año exterior), con 128, que respondieron a la misma encuesta.
En este último grupo, las participantes completaron el estudio antes de pasar por quirófano para extirparle el tumor, aunque aún se desconocía si éste era benigno o no (finalmente sí lo fueron, y 44 resultaron malignos).
Entre los datos aportados por el trabajo destaca que sufría, al menos, dos síntomas recurrentes. La mayoría de ellos fueron dolor de espalda (45%), abdominal (22%), fatiga (34%), hinchazón (27%), estreñimiento (24%) y molestias urinarias.
Las mujeres con tumores malignos normalmente experimentan síntomas entre 20 y 30 veces y poseen un mayor número de molestias y más severas que aquellas que poseen masas benignas o ningún problema, destacan los autores del trabajo.