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Barcelona, España (EFE).- Los tres jóvenes dominicanos mayores de edad que asesinaron en octubre de 2003 en la ciudad española de Barcelona (noreste) al colombiano Ronny Tapias deberán cumplir los 17 años de cárcel que les impuso la justicia, al ser confirmada la sentencia por el Tribunal Supremo.
El máximo tribunal español desestimó el recurso presentado por los tres condenados, José Antonio Méndez, de 22 años; Johan Smith Calderón, de 21, y Sandy Benítez, de 22, autores de la muerte de Tapias, de 17 años, a la salida del instituto de bachillerato donde estudiaba, el 28 de octubre de 2003, en Barcelona.
La resolución del Tribunal Supremo, a la que ha tenido acceso Efe, rechaza los argumentos del recurso presentado por los abogados de los tres dominicanos y confirma la sentencia condenatoria, que también obliga a los jóvenes a indemnizar con 190.000 euros (249.000 dólares) a los padres de la víctima.
Ronny Tapias murió tras ser asaltado y apuñalado al término de la jornada lectiva después que sus atacantes, miembros de una banda juvenil, le identificaran «equivocadamente» como miembro de una banda enemiga.
En abril de 2005, la Audiencia de Barcelona condenó a los tres dominicanos a 17 años de prisión después que el jurado considerase probado que integraban el grupo de cinco dominicanos que mataron a Tapias y golpearon al amigo colombiano que le acompañaba para que no pudiera auxiliarle.
Los otros dos dominicanos que integraban el grupo de agresores, Jeury D. y Leonel Parménides R., menores de edad, fueron condenados a ochos años de internamiento -lo máxima pena que contempla la Ley española del Menor- y a otros cuatro en libertad vigilada.
Las defensas de los tres condenados también habían presentado un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) contra la sentencia de la Audiencia provincial, aunque este tribunal desestimó sus demandas.
Los letrados argumentaban que el veredicto del jurado que declaró culpables de asesinato a traición a los tres jóvenes incurría en algunas contradicciones y que no había quedado suficientemente probado que los procesados fueran autores del crimen.
