Conflicto comercial dominico-haitiano

Conflicto comercial dominico-haitiano

Vladimir Pimentel

Las recientes medidas anunciadas por el gobierno haitiano para la prohibición de entrada por vía terrestre a un grupo de 23 productos, pareciera “poner la tapa al pomo” a las relaciones comerciales en el ámbito político y empresarial entre ambos países.

Los productos mencionados en la medida anunciada son: harina de trigo, mantequilla para cocinar,  agua potable, pastas alimenticias, jugo en polvo,  cerveza, snack, maíz molido, galletas, aceites comestibles, manteca, bebidas gaseosas, cemento gris, estructuras metálicas de construcción, maquinaria pesada para la construcción (incluso para alquiler), pintura y productos para la carrocería de vehículos, metal expandido y hojas (chapas), tubos de PVC, jabón de lavar,  detergente en polvo, empaques de foam, utensilios de plástico para el hogar y Colchones.

Como se puede apreciar, la gran mayoría se refieren a productos del sector alimentos y bebidas, seguidos por productos de la construcción y de usos del hogar, y finalmente productos industriales.

 Esta situación debe ser vista de manera integral, en el marco de unas relaciones binacionales matizadas por conflictos históricos variados, característicos de países que comparten frontera terrestre. Nos referimos a temas como el medioambiental, seguridad, salud, migratorio (apropósito del Plan de Regularización de Migrantes en la República Dominicana, y todas las implicaciones en la diplomacia de ambos países), entre otros.

Por otra parte, para una análisis más profundo, debemos tener claridad en las diferencias estructurales de ambas economías y los factores determinantes y/o impulsores de la oferta y la demanda de bienes entre ambos mercados. De manera muy específica resaltar un aparato productivo industrial casi extinguido del lado haitiano y por tanto una población demandante de productos para su subsistencia y el desarrollo de actividades como las el sector construcción, por ejemplo. Igualmente recordar que hablamos de un “mercado natural”, visto desde el ámbito formal y en especial desde las transacciones informales.

Algunas de las implicaciones que podemos inferir con estas medidas serían las siguientes:

  • Los productos afectados representan aproximadamente US$500 millones o el 30% del valor total de las exportaciones realizadas por República Dominicana en el año 2014 hacia Haití.
  • De acuerdo a las asociaciones empresariales esta medida incrementaría el precio final de los productos entre un 35% y un 40%, debido a un mayor costo en el flete, así como a costos por internación de las mercancías en territorio haitiano.. Esto se explica por un tema de volumen o de economías de escala no aprovechables, situación que si es posible en el caso de empresas de zonas francas textiles, por ejemplo, que ya vienen haciendo comercio marítimo
  • Visto desde el ámbito macroeconómico, tal vez las implicaciones financieras no sean tan importantes. No obstante, algunas de las empresas afectadas por las medidas tienen negocios importantes con Haití, incluso llegan a depender en más del 90% de la colocación de sus productos en dicho mercado.
  • En el lado haitiano podríamos hablar de una traba al acceso o corte del suministro para consumidores en Haití.
  • Tal vez, implique ventajas para otros suplidores, sea en territorio haitiano o empresas provenientes de otros mercados, con alto poder de incidencia (lobby). ¿Podríamos hablar de industrias nacientes o “re-nacientes”?
  • Hablamos de las pérdidas en función de los valores transados en el año 2014 (pasado), pero muchos de estos productos presentaron crecimientos en su valor exportado en dicho año, por lo que podríamos hablar de mayores pérdidas futuras, considerando la dinámica de mercado bilateral y resultados de ambas economías.

En base a este escenario y nuestra valoración sobre acontecimientos futuros, lanzamos algunas recomendaciones, que sin pretensión de exhaustividad buscan contribuir con los pasos a seguir desde la perspectiva dominicana, sin orden de preferencia:

  • Es obligatoria la posición unificada del Estado Dominicano, frente al tema en cuestión, y otros temas sensibles de las relaciones entre ambos países. “Mientras en tema domínico-haitiano, a los haitianos los unifica, a los dominicanos los divide”.
  • Evidenciar por todos los medios posibles que la medida va contra los acuerdos internacionales en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los acuerdos binacionales de colaboración firmados, especialmente en lo relativo a las notificaciones de las medidas comerciales que podrían considerarse como obstáculos técnicos al comercio y/o barreras comerciales.
  • Valorar la viabilidad del diálogo a nivel empresarial, en el marco de los “Grupos Empresariales Quisqueya”, o tal vez con los actores afectados directamente, a través de sus asociaciones empresariales, de ambos lados de la isla.
  • Seguir empujando, de manera paralela la presión política, la diplomacia (Internacional-Binacional).
  • ¿Recrudecer el conflicto?. En ocasiones una estrategia para romper con el status quo conflictivo, es el de empujar su recrudecimiento. En el ámbito comercial hablamos de medidas de retaliación.
  • Uso Mecanismos disponibles en el marco de la OMC, entendiendo que los mismos son recursos para el mediano o largo Plazo, dados los procedimientos y las ventajas de Haití como economía menos adelantada.
  • Séptimo. Seguir o tal vez iniciar el proceso identificación nuevos mercados, siempre entendiendo que esta es una solución de largo plazo, dada la complejidad de lograr nuevos mercados de exportación y que a sus vez sean estos exitosos en el tiempo (más de 1 año).
  • Identificar otras medidas que podamos impulsar desde República Dominicana, y empezar a dejar de poner siempre la pelota del otro lado de la cancha

 

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