Conflicto ecológico actual

Conflicto ecológico actual

JOSÉ ENRÍQUEZ BÁEZ
Cierto es que el ser humano es un ente bio-social, como también es cierto, según investigaciones en este sentido, que el contenido proporcional de lo biológico y lo social en éste difieren considerablemente, predominando incluso lo social sobre lo biológico en la modelación conductual del mismo.

Sin embargo, bajo ningún pretexto esto puede servir de fundamento para que las actividades sociales del ser humano, sobre todo las relacionadas con la producción material, destruyan la base biológica de su existencia.  Esto equivaldría a un auto-suicidio,  situación ésta que sin proponérselo la humanidad ya tiene víctimas que señalar.

Como respuesta del presente hacia el futuro, el ser humano debe conocerse a sí mismo de la forma más integral posible;  conociendo las leyes biológicas que les sirven de base a su existencia y desarrollo;  conociendo las particularidades y el potencial real del medio físico (Ecosistema) en que le ha tocado vivir, y por supuesto, tomando en cuenta todo esto en su práctica social cotidiana, si es que quiere desarrollarse tanto  en el aspecto social como en lo biológico, y a la vez perpetuarse como especie.

Partiendo de la contradicción existente a lo interno de la biosfera y a lo interno del hombre mismo, se puede afirmar que las interrelaciones entre el ser humano y la naturaleza están regidas fundamentalmente por dos tipos de relaciones contradictorias.

Unas están condicionadas por las necesidades biológicas del ser humano, las cuales son absolutamente necesarias para la vida de éste y lo llevan a asegurarse de alimento, agua, aire (oxígeno), etc.

Las otras vienen dadas por la esencia y el carácter social de la especie humana y se derivan de las necesidades relacionadas con la comunicación, la educación y recreación, la salud, el comercio y la producción material en general, entre otras.

Las primeras poseen fundamento biológico, orientación biológica, y son necesarias y obligatorias, mientras que las segundas tienen base social y si bien es cierto que también son necesarias, y en su mayoría obligatorias, no es menos cierto que estas últimas al igual que las primeras deberían desarrollarse en común acuerdo con las particularidades y posibilidades del medio que habitamos y no atendiendo a caprichos de la conducta irracional y coyuntural de algunos individuos o grupos de individuos. Es natural y normal la existencia y el desarrollo de la humanidad bajo las condiciones que estas contradicciones imponen. 

Sin embargo, lo que no es natural ni normal es que, en medio de los actuales niveles de progreso social y científico-técnico alcanzado por los seres humanos, estos dos tipos de contradicciones se hayan convertido en un real y preocupante conflicto bio-social de consecuencias, hasta cierto punto, impredecibles.

He aquí la esencia del conflicto ecológico actual, generado a partir de una interacción irracional sistemática de la especie humana con las demás especies y con el medio físico-natural que nos sirve de albergue común.

Para Leonardo Boff “Importa mucho entender que la sociedad y el medio ambiente son inter-dependientes, partes inseparables de un único proceso evolutivo y planetario”.

Entendemos que si el ser humano desea superar cualitativamente esta situación, éste debe conocer profundamente dichas contradicciones y encaminar esfuerzos destinados a controlar e inteligentemente darle respuesta constante a esas contradicciones realmente existentes,  y que cada día se agudizan  más y más, como consecuencia de la conducta que ha primado hasta hoy día en su relación con la naturaleza.

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