Conflicto estadounidense-iraní, la incógnita

Conflicto estadounidense-iraní, la incógnita

Sepelio de Soleimani

La República Islámica de Irán, es un Estado de gran importancia en la geopolítica global, al encontrarse entre Oriente Medio, Asia Central y Asia del Sur. Es una potencia regional, con condiciones de superpotencia energética, debido a que posee las cuartas reservas de petróleo probadas y las segundas de gas natural a nivel mundial, lo que le ha reportado históricamente una gran renta petrolera. Estos días se dan allí interesantes dinámicas, algunas de las cuales trataremos de tocar en este texto de seguimiento.

EL PLAN DE ACCIÓN, TRUMP Y LAS SANCIONES ECONÓMICAS

El Plan de Acción Integral Conjunto (impulsado por el presidente Barack Obama y la Unión Europea) firmado por los Estados miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y Alemania con Irán en el año 2015, buscando limitar su programa nuclear a fines exclusivamente civiles, no satisfizo a Israel y Arabia Saudita, los principales aliados de Washington en la región. Estos encontraron en el nuevo presidente Donald Trump, una complicidad que Barack Obama el presidente saliente no les ofreció.

Como resultado, en mayo de 2018, Estados Unidos salió del acuerdo, restableció y reforzó las sanciones a Irán, en la búsqueda de que no pueda vender su petróleo y privarla de recursos, para impedir el desarrollo de su programa nuclear, del proyecto de misiles terminar sus pretensiones en Oriente Medio. Un gran problema que podría degradar la situación económica allí, al ser el petróleo, la fuente principal para generación de divisas en la República Islámica.

La población ha venido sintiendo el impacto de unas sanciones más estrictas, en la casi totalidad de los sectores económicos, que ha devaluado la moneda en un 40% y reducido su crecimiento económico en 9.5%. Situación que llevó al retiro de subsidios a los combustibles, lo que, ocasionó fuertes protestas en más de 40 ciudades, en diversas provincias iraníes.

IRAK ESCENARIO DE GUERRA SUBSIDIARIA

Irak sigue envuelto en una terrible convulsión social, que persigue cambiar el sistema político, caracterizado por divisiones sectarias, heredado de la invasión estadounidense del 2003 que derrocó a Saddam Hussein. La ciudadanía esta hastiada de la presencia de las tropas estadounidenses y de la influencia iraní. Estados Unidos ha visto con preocupación la situación en Irak.

Tras los ataques a personal e intereses estadounidenses en Irak, y con la inteligencia recibida, Donald Trump decidió, autorizar la muerte del general Qasem Soleimani, como medida defensiva, según su relato, ante ataques inminentes al personal e intereses estadounidenses en el extranjero y desalentar planes futuros de ataques iraníes.

Sin embargo, esto ha supuesto un desafío para un presidente Trump con la intención de postularse a un segundo periodo y un juicio político en ciernes. También en lo estratégico y moral pues este asesinato ha sido a un líder extranjero de alto nivel de un Estado con el cual Estados Unidos no está formalmente en guerra. Caso similar se da con Abu Mahdi al-Muhandis, líder de la Fuerza de Movilización Popular, convertido en líder militar iraquí y con un cargo oficial, muerto también en el atentado.

El presidente Trump ahora tiene problemas, pues el relato de la defensa ante ataques inminentes se cae, debido a que, el secretario de Defensa Mark Esper, ha admitido que no ha visto pruebas concretas de que el general Soleimani planeara atacar objetivos estadounidenses como dijera el presidente Trump.

Además, el primer ministro iraquí, Adil Abdul Mahdi ha declarado que, Soleimani fue a Bagdad a entregar el mensaje respuesta de Teherán para Arabia Saudita sobre una propuesta de reducir tensiones en la región. Los cambios en la justificación para esta misión han generado malestar entre miembros del Congreso estadounidense que no recibieron información alguna sobre la supuesta amenaza.

LA RESPUESTA IRANÍ

Por la muerte del general Soleimani Irán recibió muestras de respaldo regional y a lo interno comenzó a notarse cierto fortalecimiento. Las protestas pararon y el apoyo popular se manifestó en las calles. En Irak previamente la dirección política se reunió para despedir a Soleimani y el Congreso iraquí votó la salida de los soldados estadounidenses. Irán prometió una «severa venganza» por esta muerte que ha consistido, hasta ahora, en el lanzamiento de una veintena de misiles, el pasado miércoles, contra dos bases militares en Irak, donde Estados Unidos mantiene tropas estacionadas. Teherán ha argumentado defensa legitima.

El ataque no causó muertes, pero Irán prometió continuar con los ataques, si Estados Unidos devolvía el golpe. Sin embargo, a partir de ese momento las declaraciones de Washington, así como las de Teherán parecen encaminadas a bajar la tensión y enterrar el hacha de la guerra, izada tras el asesinato de Soleimani. No está tan claro aún, si ambas pretensiones de legitimidad encuentran un real sustento bajo el articulo No. 51 de la Carta de Naciones Unidas.

LA CAÍDA DEL AVIÓN UCRANIANO

El escenario cambió bruscamente, al conocerse la noticia de que la noche de los ataques respuesta de Irán, un vuelo de Ukraine International Airlines se accidentó, muriendo todos sus ocupantes. La mayor parte de los 176 pasajeros eran ciudadanos iraníes o de origen iraní. El secretismo con que las autoridades manejaron el hecho y la negativa a permitir la participación externa en el análisis de las cajas negras, levantaron sospechas en la comunidad internacional de que, el avión podría haber sido derribado por el dispositivo de defensa aérea de la República Islámica.

Esto fue negado categóricamente durante 3 días por las autoridades iraníes. Sin embargo, la presión internacional forzó al régimen de Irán a admitir el derribo accidental del avión comercial, por su sistema de defensa aérea al confundirlo como objetivo legítimo. Se abrió una importante brecha en la imagen de unidad nacional que las autoridades habían tratado de mostrar en su enfrentamiento con Estados Unidos por el asesinato del comandante de la Fuerza Quds, entidad militar que, al igual que el Comando Aeroespacial que lanzó el misil contra el avión derribado, pertenece a la Guardia Revolucionaria.

Las manifestaciones que iniciaron como vigilias por las víctimas, se han transformado en protesta contra las autoridades de Irán, que han sido catalogadas como mentirosas y se les ha estado pidiendo la dimisión por ocultar la verdad durante todo este tiempo. Algunas de estas protestas, que iniciaron estudiantes universitarios de clase media y alta han sido reprimidas por las fuerzas de seguridad.

LAS IMPLICACIONES

La República Islámica de Irán tiene la capacidad para atacar con rapidez y dureza los activos y personal estadounidense en la región, así como a sus aliados Israel o Arabia Saudita. También, Teherán podría, afectar la economía global, atacando barcos petroleros en el Estrecho de Ormuz. Sin embargo, saber que sigue ahora es una incógnita, pues las partes, por sus declaraciones, al parecer han encaminado una distensión. Un enfrentamiento directo parece poco probable, considerando la asimetría con Estados Unidos, un rival más poderoso. Si las cosas empeoran, a lo sumo podría haber, un aumento en la retórica, con amenazas, descalificaciones y exhibición de músculos.

Irán tiene una gran red de asociados estratégicos que van desde Hezbolá en Líbano hasta Yihad islámica en Franja de Gaza, por tal motivo los funcionarios civiles y militares de Estados Unidos podrían quedar expuestos al viajar al exterior. De ser necesario, grupos irregulares proiraníes podrían, intensificar el hostigamiento a las fuerzas militares posicionadas en Irak para presionar la salida de estas. Ya el Parlamento iraquí pidió su salida y el mismo sentimiento existe en otros países de la región. La animadversión a la influencia iraní en la región parecería ceder y renovarse el sentimiento anti estadounidense.

Un elemento nuevo y problemático a lo interno es que, a diferencia de las personas fallecidas en la represión por las protestas iniciadas en noviembre del año pasado, que eran de extracción humilde y principalmente de áreas rurales, quienes murieron ahora en el accidente del avión, eran personas con buena posición económica y bien conectadas, que una vez sepultadas, sus familiares podrían iniciar demandas millonarias contra el Estado. Esto coloca a Irán en momento complicado, con la economía en crisis y las sanciones estadounidenses hundiéndola más.

A pesar de todo, es temprano para saber, si todo esto fracturará a Irán o fortalecerá a Estados Unidos. Si conducirá a una revuelta interna general, una guerra regional o en qué sentido podría afectar las ambiciones continuistas del presidente Trump o incluso su propio legado.

No obstante, pienso que la solución pasa por distensión y dialogo. En ese sentido, la diplomacia es la única alternativa que queda por echar manos para tender puentes y construir un nuevo equilibrio que implica hacer concesiones. Una de las cuales es la salida de Irak. Un asunto no tan sencillo lograrlo del presidente Trump, quien termina su mandato con la amenaza de un posible juicio político. Sin embargo, si se lo propusiera podría convertirse en el arquitecto de una distensión jamás imaginada en la región más conflictiva del mundo.

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