El intento de grupos de inversionistas locales de poner en marcha un trencito para ofrecer servicios a turistas, incluidos cruceristas mantiene en protestas a los taxistas, que consideran que serán desplazados en poco tiempo de esta actividad lícita comercial.

La situación es tal que los regidores rehúsan tocar el tema cuestionando si están de acuerdo que ese transporte opere con permiso municipal, desde la terminal Taíno Bay hasta el Centro Histórico, cuya Plaza Independencia concentra a los viajeros que llegan en cruceros.

Hay incidentes entre las Policías Nacional y Municipal, con conductores de taxis denominados los verdes, que incluso bloquearon con sus unidades la entrada de acceso al puerto como el caso del miércoles pasado, cuando entraría en operación este nuevo servicio de movilización de pasajeros.

La Policía Turística (Politur) hubo de entrar en acción para apaciguar los ánimos de los taxistas que a “viva voz gritaban que ese trencito operará en otro pueblo, pero jamás en Puerto Plata”.

Los agentes municipales colocaron candados de seguridad en las gomas de esos carros, lo que provocó la irritación de sus propietarios que aparcaron los mismos de manera horizontal a la entrada del puerto Taíno Bay.

Ese día llegaron a este destino cinco cruceros, tres anclaron en el puerto Ámber Cove y los dos restante en Taíno, cuya oficialidad, tripulación y pasajeros presenciaron impávidos este feo incidente.

La Historia

Con el turismo de cruceros en pleno auge es un peligro que ocurra lo que los años 70 cuando comenzó a desarrollarse en una primera etapa esta actividad en Puerto Plata, si persisten los enfrentamientos que provocaron que los trasatlánticos salieran.

El turismo marítimo empezó con la llegada del Boheme, con 700 pasajeros. Posterior visitaron otras embarcaciones, lo que fortaleció al sector.

Tiempo después comenzaron a florecer problemas internos debido a que dueños de buses donde eran transportados los cruceristas quisieron obligar a dueños de compañías tours operadoras y a las autoridades manejar de manera monopólica el negocio, apoyados por guías.