Conflictos dejaron 36 periodistas muertos

Conflictos dejaron 36 periodistas muertos

NUEVA YORK (EFE).- Un total de 36 periodistas murieron en 2003 durante su trabajo en zonas de conflicto en todo el mundo, según el balance facilitado por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

Esta cifra supone un fuerte incremento respecto a 2002, año en el que se registró la muerte de 19 periodistas, sobre todo debido a la guerra de Irak, donde perdieron la vida trece profesionales por acciones relacionadas directamente con el conflicto.

La cobertura de la invasión de Estados Unidos y sus aliados a Irak fue el conflicto más mortífero para la prensa durante el año pasado, seguido por los ocurridos en Filipinas, con cinco profesionales fallecidos, y Colombia, con cuatro.

En Irak perdieron la vida dos periodistas españoles, Julio Anguita Parrado, corresponsal de «El Mundo»; y José Couso, cámara de «Telecinco».

Tal y como relata el CPJ, Anguita Parrado murió a consecuencia de un ataque iraquí el 7 de abril del año pasado, mientras que Couso falleció un día después a consecuencia de un disparo de un tanque estadounidense contra el hotel Palestina, en Bagdad, donde se alojaba la prensa internacional.

El CPJ afirma en su informe que este último ataque, aunque no fue intencionado, podría haberse evitado si los mandos estadounidenses, que sabían que el hotel estaba ocupado por periodistas, hubieran facilitado esta información a los soldados que operaban sobre el terreno.

«Ha sido particularmente preocupante ver que al menos cuatro periodistas fueron muertos a consecuencia de acciones militares estadounidenses en Irak», asegura en un comunicado la directora ejecutiva del CPJ, Ann Cooper.

Por ello, la CPJ «continúa su reclamo de una explicación pública completa del Pentágono por estos incidentes», añadió.

El Comité para la Protección de los Periodistas considera que Irak ha sido el segundo conflicto más sangriento para la prensa ocurrido en un sólo país, ya que a los trece periodistas que perdieron la vida por el conflicto, se les unen otros seis muertos por enfermedad o accidentes de tráfico mientras cubrían la guerra.

Este conflicto ha sido superada sólo por Argelia, donde murieron 24 periodistas en 1995, durante el momento más crítico de la contienda que mantuvo el Gobierno con los combatientes islámicos.

Para Cooper, el peligro que representó la invasión de Irak para los periodistas ha sido superado por la amenaza que viven estos profesionales en el periodo actual posterior al conflicto, con los ataques con bombas, tiroteos y el bandolerismo.

En Oriente Medio, otro de los grandes conflictos, el ejército israelí mató a dos periodistas en Gaza y Cisjordania, con lo que se elevó a seis el numero de profesionales de la información muertos desde que comenzó la Intifada Palestina en 2000.

Sin embargo, las guerras no son la principal amenaza para los periodistas en el mundo, ya que prácticamente todos los profesionales que fueron muertos fuera de Irak eran objetivos deliberados de los que criticaban en sus informaciones.

Además, según la documentación recogida por el Comité en los últimos años, muchos de los que planearon y ordenaron estas muertes no han sido castigados.

En Filipinas, cinco periodistas fueron muertos por recoger en sus medios de comunicación información sobre la corrupción local o por criticar al Gobierno.

En Colombia, tres periodistas murieron a consecuencia de su trabajo, y uno perdió la vida en un fuego cruzado.

En Rusia, el editor jefe de una publicación independiente conocido por sus informes sobre el crimen organizado, la corrupción gubernamental y los negocios dudosos, Aleksei Sidorov, fue apuñalado hasta morir en su domicilio.

Además, dos periodistas murieron en Brasil (Nicanor Linhares Batista y Luiz Antonio Da Costa), cuatro en Colombia (Luis Eduardo Alfonso Parada, Guillermo Bravo, Jaime Rengifo y Juan Carlos Benavides), y uno en Guatemala (Héctor Ramírez), además de otros en Camboya, India, Indonesia, Irán, Costa de Marfil, Nepal, Pakistán y Somalia.

La CPJ informa que, además de estas cifras, investiga la situación de cuatro periodistas desaparecidos y la muerte de otros doce en circunstancias que podrían estar relacionadas con su trabajo.

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