GUADALAJARA, México (AP).- La existencia de diferencias entre varias de las naciones Latinoamericanas, ponen en evidencia las complicaciones que atraviesan los procesos de integración de bloques, requeridos para negociar alianzas políticas y comerciales.
El encuentro entre América Latina, Caribe y la Unión Europea pretende promover una estrategia birregional para luchar contra la pobreza y las desigualdades sociales, pero también uno de sus aspectos importantes es establecer acuerdos comerciales que propicien condiciones favorables para el acceso a mercados.
Una de las condiciones de los europeos es que las negociaciones se den con bloques consolidados de países.
Sin embargo, esos procesos de integración avanzan lentamente en Latinoamérica, obstaculizados por conflictos entre los países. La consolidación de bloques empezó, en varios casos, desde décadas atrás. Centroamérica abrió las primeras instituciones que promoverían ese objetivo en los 50 y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) que empezó el diálogo en los 60.
El conflicto del gas natural en América del Sur, mantiene en constante tensión las relaciones de Bolivia con sus vecinos, principalmente Chile, país al que le pide una salida soberana al mar Pacífico.
Hace dos semanas, el presidente boliviano Carlos Mesa reguló cualquier exportación de gas natural a Chile y con la vecina Argentina, pues teme que puede revender el hidrocarburo a Chile.
Otros problemas agobian a Venezuela y su vecina Colombia, desencadenados por el arresto de un grupo de colombianos que según el gobierno de Hugo Chávez integran un grupo paramilitar que buscaría derrocarlo.
En el istmo centroamericano, la delimitación fronteras es un problema común. Guatemala mantiene un diferendo con Belice, El Salvador con Honduras, Costa Rica lucha con Nicaragua por el tránsito en el río San Juan.
Pero la Cumbre también es escenario de acercamientos entre las naciones con conflictos. El presidente guatemalteco Oscar Berger anunció su disposición de acercarse a su colega beliceño Said Mussa para enlazar el diálogo. Chávez también buscaría arreglar un arreglo con el presidente colombiano Alvaro Uribe.
A criterio del argentino Gerard Berrón, dirigente de la Alianza Social Continental, esos conflictos «no tienen importancia» en los procesos de integración. «Si nos guiamos por eso, las relaciones entre Brasil y Argentina serían imposibles, pero vemos que en el Mercosur ambos países se coordinan bien», indicó.
No obstante, destacó que los procesos de integración «no avanzan porque han caído en un proceso de burocratización, lo cual no quiere decir que no puedan ser revitalizados», algo que considera importante para que Latinoamérica acumule «fuerza política» en negociaciones como las que se desarrollan en cumbres mundiales.