POR LLENNIS JIMÉNEZ G.
Los constantes enfrentamientos entre conductores y agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte  obligaron a abrir un Departamento de Conciliación en el Tribunal de Tránsito del Distrito Nacional.  El ministerio público está a  cargo de  situaciones  suscitadas entre  policías y  conductores de vehículos de motor, y conoce las frecuentes rivalidades que terminaban en peleas, heridas con armas de fuego y choques entre vehículos.

6Los fiscalizadores de tránsito actúan como arbitros entre los conductores y los agentes de AMET y en cada caso reúnen a  las partes en conflicto para buscarle una salida,  impidiendo que el agente comete exceso de autoridad o que el conductor irrespete al supervisor del tránsito.

Uno de los éxitos de la conciliación radica en que descongestiona el destacamento de la sede de AMET, al que  eran llevados los choferes acusados de agredir a los policías.

 Las hostilidades entre policías y conductores muchas veces llevaban a los últimos a los hospitales y a los primeros a la cárcel, siempre que se les probaba abuso de autoridad.

La coordinadora de los fiscalizadores del Tribunal de Tránsito del Distrito Nacional, Bertha Susana Byas, explicó que fue necesario conformar una fase de conciliación para afrontar los choques que se daban entre agentes de AMET y los ciudadanos que conducen vehículos.

Expresó que son conocidas las situaciones que se dan en el tránsito, debido a las peleas con golpes entre los AMET y  ciudadanos. “Cuando no es el ciudadano que da, es AMET que le da al ciudadano”.

Sostuvo que cuando llegaron al tribunal se reportaban muchos casos de agresiones, por lo que optaron por destinar la unidad de conciliación para citar a los agentes y enfrentarlos con el ciudadano, y ahí se determina la veracidad de asunto. En caso de descubrir abuso de autoridad, el ministerio público solicita la sanción del agente, verificando que sus autoridades lo sometan  a medida disciplinaria.

Manifestó que en la actualidad se dan menos enfrentamientos y se ha logrado que los propios agentes reporten los hechos en que se ven envueltos.

Uno de los propósitos  es impedir que el agente, por si sólo, pueda arrestar al conductor. Señaló que la conciliación es una herramienta que le permite al conductor recurrir a la autoridad para ponerle en conocimiento de las situaciones que  provoque un agente y que lo perjudique.

La magistrada expresó que con frecuencia los fiscales deben solucionar los problemas que ocurren en AMET.

 Byas, quien  tiene tres años al frente de la fiscalización del tribunal y que acumula una experiencia desde 1996 al año 2000, consideró que trabajan para contrarrestar las situaciones que se daban antes, que un conductor arrestado sea llevado a un descatamento “a su suerte y verdad”.

 Afirma que ya no se dan las dificultades para que un conductor sea entregado al ministerio público, por lo anárquico que era el sistema. Tampoco un agente de AMET se da a la tarea de enjuiciar a un ciudadano, llevándolo al destacamento por hasta 20 horas sin ponerlo a disposición al ministerio público en el tiempo previsto por la ley.

ENDURECEN MEDIDAS

Los jueces del Tribunal de Tránsito del Distrito Nacional endurecieron las normas que deben  cumplir todas las personas que se presentan a las audiencias.

Para entrar a los salones de los magistrados se restringen los aparatos de comunicación, los que se exigen que sean apagados, empezando por el celular.

A las personas se les prohibe pedir información dentro del salón de audiencia. A los policías o militares no se les acepta que se presten como intermediarios para gestionar  el pago de multas de terceros o la localización de licencias retenidas.

No se permite la presencia de personas en pantalones cortos, en  bermudas, blusa sin mangas o  que muestren parte del cuerpo. Tampoco se puede cubrir la cabeza, portar lentes oscuros o leer ningún  documentos como revista o periódico dentro de los salones del  Tribunal de Tránsito.