No hay nada de malo en soñar con metas extraordinarias, pero las empresas que logran el éxito desarrollan una relación estrecha entre los sueños y la cruda realidad.
Cuando hacemos el ejercicio para entender y analizar la situación real de nuestro negocio y el entorno en el que se encuentra, las decisiones y grandes ideas se hacen más evidentes.
No es cierto que las empresas que logran el éxito solo lo hacen porque han tomado siempre las mejores decisiones. El mundo empresarial está repleto de casos que evidencian lo contrario. Pero lo que sí es cierto es que toman las decisiones correctas en la mayoría de las oportunidades que se le presentan.
Para esto es fundamental crear una cultura donde todo el equipo se sienta que sus ideas son escuchadas y sus opiniones sobre procesos o situaciones son tomadas en cuenta. Muchas veces los directivos no tienen la visión completa de la situación buena o mala que puede estar atravesando. Si no se logra un clima donde la verdad puede ser expresada, es más difícil poder tener la autopsia completa.
Analizar la situación antes de buscar culpables, promover el diálogo y el debate, desarrollar mecanismos donde la información pueda ser compartida y analizada por cada miembro del equipo, son algunas estrategias que pueden ayudar a realizar y entender el diagnóstico de nuestra situación ya sea buena o mala.
El liderazgo no es únicamente transmitir una visión, también es necesario aprender a confrontar con cada miembro del equipo la realidad concreta de nuestra situación, a fin de responder con las mejores estrategias ante cada hallazgo.
Decía Winston Churchill “No tengo necesidad de sueños motivadores, los hechos son la mejor motivación”