La semana acaba de legarnos dos hechos que reflejan confusiones e incoherencias en el gobierno y su partido: (1) el  candidato del PLD visitó al presidente del PRSC para pedirle que liderara el “bloque progresista” en su favor y (2) el presidente Fernández dictó una conferencia doméstica contra la especulación internacional de bienes.

El candidato del PLD evidenció desinformación en su rogatoria al PRSC puesto que éste no forma parte del “bloque progresista” y no todos los partidos que lo integran apoyarían ese pedimento, por diferencias motivacionales o celos burocráticos. La vinculación formal del PRSC ha sido directamente con el PLD al margen del citado bloque y tan solo para las pasadas elecciones, terminándose el 16/05/2010. El candidato del PLD vuelve a ser víctima de los encantos de reformistas identificados con el gobierno que actúan a espaldas del mandato de organismos partidarios que se incorporan al bloque a título personal. Tampoco sabemos si el candidato del PLD tenía calidad y mandato del bloque o sus integrantes para formular esa propuesta observando, en caso contrario, comportamiento irrespetuoso ante esas minorías.

El Presidente Fernández dictó una impresionante  conferencia reiterando su cruzada internacional contra la especulación de bienes, sacrificando  tiempo a las múltiples y complejas tareas que reclaman atención de un gobierno en cierto modo de transición en medio de urgentes problemas nacionales y crisis internacional exigentes de  concentración y delicadeza en la administración cotidiana. Esa cruzada sería válida si la  testimoniara con políticas domésticas compatibles con lo pregonado internacionalmente.

Hoy en el país predominan las inversiones rentistas desplazando las orientadas hacia la producción de bienes y servicios para satisfacer necesidades atraídas por altas tasas de interés pagadas por el Estado, cerca del 17% por bonos domésticos y más del 10% por letras el Banco Central, llevando a tenedores de recursos a invertir en especulación financiera en lugar de colocarlos en agricultura e industria productoras de bienes. Incluso, durante el primer semestre de este año el gobierno recibió más préstamos de los bancos para financiar sus déficits que los que éstos otorgaron a la agricultura e industria (RD$ 48825 millones contra RD$ 41373).

 ¿Cómo se puede predicar contra la especulación internacional  de bienes si el gobierno conspira contra su producción, succionándole  recursos para financiar déficits y endeudamientos mediante altas tasas de interés?  ¿Cómo, si el gobierno sigue operando sin alcanzarle las recaudaciones para cubrir sus cargas fijas y amortizar deudas, incapacitándolo invertir con recursos propios para, por ejemplo, tapar hoyos de caminos vecinales que mejoren el acceso de lo producido.

Estos comportamientos conspiran contra el respeto y credibilidad de nuestra nación y su democracia.