El 30 de junio en nuestro país se celebra el Día del Maestro y de la Maestra. En esta fecha rendimos tributo a ese maravillo ser humano responsable de los conocimientos académicos que recibimos a lo largo de toda la vida.
Los maestros también son nuestros segundos padres porque, además de sus enseñanzas, nos nutrimos de sus consejos y orientaciones. De igual manera, la escuela es nuestro segundo hogar.
Todos los niños y niñas tienen una deuda de gratitud muy grande con sus profesores y profesoras. Cando ellos te recibieron te brindaron amor e inculcaron en ti las nociones primeras de socialización.
Más luego, te ayudaron a adquirir las destrezas y te ofrecieron las herramientas para tu alfabetización.
Ellos te brindan el pan de la educación, pero, además, evalúan tus progresos y dificultades en las asignaturas que imparten para que sea cada vez mejor estudiante.
Te animan con sus estímulos a que cada día des más de ti y te superes tanto el lo académico como en lo personal.
De igual manera, tus maestras y maestros se preocupan por estar actualizados en cuanto a los métodos utilizados en la enseñanza.
En muchos centros educativos la fiesta del Maestro la celebran el día que hacen entrega de las calificaciones finales, y los alumnos aprovechan para llevarle algún presente. Eso está bien, pero el mejor regalo que le podemos obsequiar a nuestros maestros es siendo buenos estudiantes durante todo el año escolar; cumplir con las normas y brindarles mucho cariño.