Congreso decidirá suerte de presidente Carlos Mesa

Congreso decidirá suerte de presidente Carlos Mesa

DE LOS SERVICIOS DE HOY
LA PAZ, –
El polarizado Congreso boliviano tenía en sus manos la suerte del presidente Carlos Mesa, quien renunció el lunes, mientras el país sigue paralizado por manifestantes que exigen la nacionalización de los hidrocarburos.

   En medio de protestas, que parecen recrudecer, el presidente del Congreso, Hormando Vaca Diez, anunció que definirá a última hora del martes «fecha y hora» para la reinstalación del plenario congresal que definirá las acciones a seguir tras la dimisión de Mesa.

   Vaca Diez puso como condición para que el Congreso sesione en su sede natural de La Paz el establecimiento de una «normalidad democrática» en la convulsionada ciudad, sede de los poderes Legislativo y Ejecutivo, que esta martes era, una vez más, sacudida por detonaciones de fulminantes de dinamita.

   En caso de que La Paz no brinde las condiciones de seguridad, Vaca mencionó que el Congreso se instalaría en la subandina Sucre (740 km al sudeste de La Paz), capital constitucional de Bolivia. También contempló la posibilidad de ordenar el Congreso «en otra ciudad», probablemente en Santa Cruz, de donde es oriundo.

SIGUEN PROTESTAS

Miles de campesinos, mineros, maestros, obreros y estudiantes marcharon nuevamente el martes en esta capital detonando cartuchos de dinamita, mientras el Congreso anunció que sesionará hoy, miércoles, para tratar la renuncia de Mesa.

   La policía dispersó con gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaron llegar a la plaza Murillo, incautó alrededor de 500 cartuchos de dinamita y detuvo a un número no precisado de manifestantes, en su mayoría mineros.

   El Hospital General informó que 12 personas ingresaron al nosocomio, entre ellos un minero que perdió una mano al intentar aventar una dinamita. Señaló que la mayoría de los internados, dos de los cuales se encuentran en quirófano, tenían problemas de asfixia por los gases lacrimógenos y algunos heridas de balín.

CHOCAN EU Y VENEZUELA

En tanto, la Organización de Estados Americanos (OEA) se ofreció ayer a facilitar el diálogo entre las partes en conflicto en Bolivia, mientras Estados Unidos acusó a Venezuela de contribuir a la crisis y Caracas contestó que Washington le «echa leña al fuego» en vez de ayudar a apagarlo.

   La renuncia de Mesa centró la atención el martes en la última jornada de la Asamblea General de la OEA en Fort Lauderdale (Florida), uno de cuyos objetivos era, precisamente, ponerse de acuerdo sobre un sistema para prevenir crisis de gobernabilidad en el hemisferio.

    Una crisis a la que, según el jefe de la diplomacia estadounidense para Latinoamérica, Roger Noriega, contribuyó el presidente venezolano Hugo Chávez.   «El papel de Chávez en Bolivia es evidente y habla por sí mismo», dijo Noriega al referirse a viejas acusaciones norteamericanas de que Chávez financia a la oposición radical boliviana, entre ellos al líder cocalero Evo Morales, cabeza de las protestas que hicieron caer a Mesa y a su predecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, en octubre de 2003.

  El canciller de Venezuela, Alí Rodríguez, rechazó ayer categóricamente una intromisión de su Gobierno en la crisis de Bolivia que condujo a Mesa a presentar el lunes la renuncia.

   Rodríguez, que enfatizó que Venezuela es «escrupulosamente respetuosa» de la soberanía de Bolivia y de cualquier país, negó que Caracas apoye económicamente al líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) y dirigente cocalero boliviano Evo Morales.

   «No. Indignadamente, no», recalcó al ser preguntado al respecto en una rueda de prensa, en la que también negó que un agregado militar venezolano destacado en La Paz fuese expulsado del país durante las revueltas que provocaron en 2003 la salida del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada del poder.

   «Desde Estados Unidos se dicen muchas cosas. No las crea», dijo.

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