Congreso gomígrafo

Congreso gomígrafo

Claudio Acosta.

Congreso gomígrafo.- El Ministro de Hacienda, Simón Lizardo, fue claro y contundente cuando respondió a los periodistas, por lo que es de suponer que así de claro y contundente fue el mensaje que llevó a los miembros de la Comisión Bicameral que estudia el Presupuesto General del Estado para el 2015: no es posible hacerle ninguna modificación a la pieza para destinar mas recursos a las instituciones que lo están demandando. “Si el Ejecutivo hubiese tenido alguna posibilidad de modificar lo habría hecho antes. Por eso lo hemos entregado, cumpliendo con un dispositivo constitucional, antes de la fecha, y ese documento recoge el esfuerzo de mas de cuatro meses de estudio y de verificar qué podemos hacer”. Eso quiere decir, y presumo que así se lo comunicó a los legisladores, que el Presupuesto tiene que ser aprobado sin moverle una coma, tal y como fue enviado desde el Palacio Nacional. También significa que el tiempo que emplee en su estudio puede considerarse perdido, y lo mismo puede decirse de quienes han desfilado o piensan desfilar por el Congreso (ayer le tocaba al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, y el lunes tiene cita el presidente de la JCE Roberto Rosario) a diligenciar mayores recursos para las instituciones que dirigen, a los que se ha puesto (o se pondrá) de mojiganga. Algún cándido, ignorante de los inciertos derroteros de la democracia dominicana, preguntará desconcertado: ¿Y la independencia de los poderes públicos? Y aunque las probables respuestas a esa pregunta pueden ser motivo de un amplio debate, necesariamente habría que concluir, porque es lo que vemos a diario, que esa independencia es tan solo una abstracción y que, en los hechos, el Poder Ejecutivo, como parte y reparte el Presupuesto, impone su hegemonía. Como en este caso, cuando vemos cómo pretende convertir al Congreso Nacional en un sello gomígrafo de sus tecnócratas.

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