Los jefes del Congreso estadounidense y la Casa Blanca se alinearon ayer a favor de una investigación sobre la supuesta interferencia de Rusia en las recientes elecciones presidenciales para beneficiar a Donald Trump, una idea rechazada por el presidente electo.
Políticos del Partido Demócrata inmediatamente pidieron que se investigue la posibilidad de la interferencia rusa en las elecciones, pero este lunes dos verdaderos pesos pesados del Partido Republicano en el Congreso también apoyaron la idea.
Paul Ryan, el influyente presidente de la Cámara de Representantes, dijo a la prensa que «toda intervención extranjera en nuestras elecciones es enteramente inaceptable». «Y toda intervención de Rusia es particularmente problemática porque, bajo el presidente (Vladimir) Putin, es un agresor que constante busca afectar los intereses de Estados Unidos», apuntó Ryan. Por su parte, el presidente del mayoritario bloque republicano en el Senado, Mitch McConnell, dijo que «los rusos no son nuestros amigos». El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que la presidencia estadounidense defiende el papel del Congreso en situaciones como ésta.