Conjuntos religiosos con detalles
para redescubrir

Conjuntos religiosos con detalles <BR>para redescubrir

POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
El conjunto religioso de San Lázaro, situado en la Santomé altos, compuesto por un departamento educativo, una capilla y un templo, fue fundado en el siglo XVI para recluir enfermos de lepra. Esta edificación está empedrada y recubierta de mampostería, que se caracteriza por tener distintos estilos, como son el gótico, neoclásico, barroco y el románico, al haber sido construida en el transcurso de varias épocas.

Anteriormente el templo era más grande, y una muestra de ello es que todavía tiene vestigios en su frente. En la pared se aprecia un arco enladrillado hoy cerrado.

Su fachada presenta una galería con tres arcos de ladrillos encima de columnas redondas dóricas de piedra, que proceden de un extenso muro altísimo con doble escalera, la cual va a los departamentos de Orientación para la Joven.

En éste hay algo curioso: una habitación en la cual existe un anexo que va a la nave central de la capilla, por medio de una concavidad abierta en el muro oeste, que tiene piezas verticales en su parte superior enladrillada, cuyo vacío en el oratorio presenta un arco menor, pero para poder cruzar al templo hay que abrir una antigua puerta de madera tallada, la cual todavía conserva su cerrojo original.

Además, el recinto tiene una inscripción del año 1797, que probablemente es la fecha de construcción del edificio.

Para entrar al departamento educativo y pasar a la sacristía, se llega al frente donde a la izquierda hay una pequeña puerta, con arco enladrillado, en el cual se aprecian dos puertas, que curiosamente están una frente a otra, separadas por un corto pasillo amplio, donde hay una escalinata que va a un corredor.

La primera que da entrada desde afuera es encuadrada con arco enladrillado sobre piezas verticales de piedra, y la segunda tiene un marco de piedra con un conjunto de molduras que presenta un rectángulo saliente, surcado con tres canales verticales los cuales descansan en la parte inferior, donde hay un espacio que media entre ellos, sobre el cual está la imagen de San Lázaro, y a los lados hay dos adornos en forma de flor. La misma imagen también se encuentra en el centro de la bóveda de la capilla izquierda del templo.

La puerta de entrada a la iglesia es sencilla, sólo es un arco enladrillado saledizo amplio, encima de una pieza vertical de piedra, la cual está coronada con un nicho vacío y sobre éste hay un adorno floral entre los remates de las columnas.

También, para la parte que da a la esquina Juan Isidro Pérez está la puerta de la habitación que otrora era el despacho parroquial, destruida por el temblor de tierra de 1946, de la cual ahora sólo quedan las ruinas de las paredes. Esta es encuadrada, de piedra rematada, con un arco enladrillado, cuyo centro encierra una tarja igualmente labrada, que tiene un grabado en latín que inicia con la palabra “Charitas”, que traducida al castellano expresa: “La caridad nunca fenece”. Ésta es una expresión que cita la primera carta de San Pablo a los Corintios, capítulo 13, versículo 8.

Atrás, en el patio, se encuentra un anticuado aljibe enladrillado de hueco hondo claustral subterráneo, bien conservado, convertido en cisterna, con las cañerías del techo empalmadas para introducirle el agua de la lluvia, aparte de la conexión de las tuberías del acueducto.

En el ángulo del techo hay un campanario de ladrillos con dos campanas y encima otro más pequeño con una sola, pero lo curioso es que está construido en forma triangular, único hecho de esa manera en una parroquia, y junto a éste hay un corto balcón pétreo y almenas, como también en el friso del portal.

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