SANTIAGO. Pocos familiares y dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) asistieron ayer a la misa oficiada en memoria del presidente Antonio Guzmán Fernández, quien se suicidó hace 28 años, 42 días antes de entregarle el Gobierno a su sucesor electo, Salvador Jorge Blanco.
El acto religioso fue celebrado en la iglesia La Altagracia. La viuda de Guzmán Fernández, doña Renée Klang, definió a su esposo como un ejemplo de trabajo y honradez que deberían imitar los mandatarios dominicanos.
La ex primera dama afirmó que si los gobernantes de estos tiempos le siguieran los pasos a Guzmán Fernández el país podría salir de la pobreza y transitar por el camino del progreso.
Es un día que recordamos con mucha tristeza para nuestra familia sobre todo para mí, pero debemos darle gracias a Dios porque fue una persona que supo sacrificarse y supo manejar al país esa es nuestra gran satisfacción, dijo doña Renée al término de la misa oficiada por el sacerdote Jesús María Taveras.
Además de doña Renée, asistieron a la misa la hija del ex presidente, Sonia Guzmán de Hernández, sobrinos y nietos del ex mandatario, así como los dirigentes perredeistas Papín Domínguez, Frank Joseph Tomén, Ambiorix Díaz hijo y el doctor Daniel Rivera.
Reconocimiento. Al concluir la misa, Guzmán, quien fue secretaria de Industria y Comercio en el gobierno de Hipólito Mejía, resaltó que a 28 años de la muerte de su padre, el pueblo dominicano aún recuerda la buena obra de su Gobierno.
Nuestro pueblo recuerda a mi padre con cariño y gratitud y reza por él con mucha fe. Lamentablemente esa obra de Guzmán Fernández se ha ido perdiendo en los últimos tiempos, señaló Sonia Guzmán.
Unidad del PRD. Por otra parte, Guzmán de Hernández pidió a la familia perredeísta que se una para echar la batalla y salir airosa en las próximas elecciones presidenciales. En el PRD varias facciones se disputan el poder interno.
La muerte
Guzmán Fernández inició su gestión el 16 de agosto de 1978, tras la derrota electoral del expresidente Joaquín Balaguer, estableciendo un Gobierno de absolutas libertades públicas. 42 días antes de entregarle el poder a su sucesor, Salvador Jorge Blanco, se suicidó en la sede del Palacio Nacional, el día 4 de julio de 1982.