Hoy 
POR LUIS M. CARDENAS
Cientos de amigos, militantes del Movimiento Popular Dominicano (MPD), representantes de otras organizaciones de izquierda y familiares recordaron ayer el 36 aniversario del asesinato del dirigente emepedeísta Amín Abel Hasbún. Durante un acto en el cementerio nacional de la avenida Máximo Gómez, varios dirigentes resaltaron la entrega y el sacrificio del estudiante revolucionario asesinado el 24 de septiembre, durante el gobierno de los 12 años de Joaquín Balaguer.
En el acto hablaron Higinio Báez, vocero del MPD; Manuel Salazar, del Partido Comunista del Trabajo y la Unidad del Pueblo; Secundino Palacio, de la Fuerza de la Revolución; Liliana Hasbún viuda Abel, madre del dirigente izquierdista asesinado y Eddy Muñoz, dirigente del Frente Estudiantil de Liberación Amín Abel (FELABEL).
La madre de Amín, Liliana Hasbún, al hablar brevemente en el acto de homenaje que se le rindió a quien fuera asesinado en la escalera de su residencia por agentes de la Policía Nacional, agradeció la presencia de cientos de personas en el cementerio de la avenida Máximo Gómez.
Dijo que no tenía palabras para agradecer a los compañeros de su hijo, el acto de recordación de su asesinato y recordó que no pudo ir al sepelio porque estaba operada de una pierna.
Sin embargo, manifestó que nuevamente será operada de la otra pierna, pero que sigue pensando en los compañeros de su hijo, a quienes exhortó a seguir la lucha.
De su lado, el dirigente del MPD, Báez, destacó la entrega de Amín al trabajo revolucionario, su sacrificio y dedicación para transformar la República Dominicana.
El pueblo nunca olvida la alevosa, monstruosa, la criminal acción de los gorilas balagueristas arrancando de raíz troncos inmensos, portentosos, cuyas raíces penetraron hondo en los surcos profundos del pueblo combatiente y oprimido, subrayó el vocero del MPD.
Báez resaltó el gran legado de los actos e ideas dejados por Amín, su vocación y firmeza revolucionaria, así como su desprendimiento y solidaridad, valentía, pureza y la fuerza de su inteligencia puesta a favor del pueblo.
Manifestó que hoy es más pertinente que nunca la rebeldía y la moral aleccionante de Amín Abel, cuando el crimen patrulla las calles y el envilecimiento de la política tradicional desarrolla y amplía el mercado de compra y venta de conciencia y convierte en héroes a los despreciables villanos, como el caso de Joaquín Balaguer.
Expresó que sólo convocado por la fuerza de los valores y la cultura y por el sacrificio y la vocación de poder, puede un pueblo desatar sus fuerzas creadoras y tomar en sus manos la determinación de su destino.
Dijo que nunca un pueblo tan rebelde y subversivo como el dominicano se vio tan impotente ante la confusión, la manipulación y el avasallamiento de unos partidos neoliberales vendidos a los intereses de las transnacionales y de espalda al interés nacional.
Dijo que solo una verdadera transformación social y económica que garantice el bienestar, la justicia y la recuperación de la soberanía, puede asegurar desarrollo y democracia plena, pero que para alcanzarla es necesario armarse de la decisión, la voluntad y el coraje de Amín.
Manifestó que todavía asombra su desafiante actitud, su quehacer incesante y su conciencia lúcida que pregonara con altivez que aún después de muerto los huesos de los mártires son las mejores astas de las banderas redentoras.
Entiende que sólo convocado por la fuerza de los valores y la cultura, el sacrificio y la vocación de poder, puede un pueblo desatar sus fuerzas creadoras y tomar en sus manos la determinación de su destino y que para ello no hay mejor paradigma que Amín Abel Hasbún.
