Pronunciaron palabras de respeto y admiración para todas las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990)
En lenta procesión, portando coronas florales, banderas multicolores y fotografías de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos, cientos de personas recorrieron ayer el costado del palacio presidencial de La Moneda en Santiago de Chile para rendir homenaje al presidente Salvador Allende, derrocado hace 50 años por un cruento golpe civil militar, en paralelo a la ceremonia oficial que se celebraba en el interior.
«¡Allende vive, ahora y siempre!”, se escuchó a los pies de la estatua que recuerda la figura del presidente socialista en la cara norte de la sede de Gobierno, punto principal donde sus partidarios depositaron ofrendas y pronunciaron palabras de respeto y admiración para todas las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Esta es una conmemoración muy triste. El presidente Allende interpretó el sentir de los trabajadores de Chile. Quiero hacer ver que para nosotros esto tiene que marcar un precedente, que nunca más aguantemos un golpe de Estado, que siempre estemos unidos en nuestras luchas sociales. Ese es su legado.