Decenas de personas asistieron a una misa en la Parroquia San Miguel, de la Ciudad Colonial, para conmemorar el centenario del fusilamiento de Olivorio Mateo, abatido en 1922 por las fuerzas de ocupación de los Estados Unidos.

Durante la ceremonia, que además recordaba la Matanza de Palma Sola, ocurrida en 28 de diciembre de 1962, el diácono Alexander Soto, llamó a los presentes a considerar el ejemplo de esos hombres, que estuvieron dispuestos a entregar sus vidas por la libertad de la nación.

Además el líder religioso dijo que la sangre derramada por esos mártires recuerda el sacrificio de Jesucristo, quien fue clavado en una cruz para el perdón de los pecados de todo aquel que crea en él.

“Creer en Jesús y en lo que él hizo implica vivir en luz, no de conforme al pecado, y alejados de las tinieblas de maldad. Es mostrar amor al necesitado y acompañar a los desvalidos”, expresó el diácono Soto.

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Sobre Olivorio Mateo

Olivorio Mateo o “Papá Liborio”, fue un guerrillero que combatió la Primera Intervención Estadounidense en el país (1916-1924) y que, junto a un hijo, fue asesinado por los militares invasores en 1922.

Papá Liborio era muy popular y su nombre, después de su muerte, llegaría a ser un paradigma para muchos lugareños de la región Sur de la República Dominicana, sobre todo en la provincia San Juan.

Matanza de Palma Sola

La Masacre de Palma Sola o Matanza de Palma Sola fue una masacre llevada a cabo en Palma Sola, un paraje de San Juan de la Maguana en la República Dominicana, por fuerzas militares del Estado dominicano.

El móvil fundamental de aquella masacre lo constituyó la intención de frentar un “movimiento de carácter mesiánico” y popular que, a comienzos de los años 60, seguía las prédicas de Olivorio Mateo.