Por Julio Ravelo Astacio
Iniciemos querido lector con algunas preguntas: ¿Sabe usted por qué respira? ¿Se da cuenta cuándo lo hace? ¿Cómo ocurre este maravilloso proceso? ¿Qué tiempo podemos vivir sin respirar? ¿Alguna vez ha sentido que le falta el aire, que no alcanza la respiración? ¿Ha presenciado una persona con una crisis asmática? ¿Le han puesto oxígeno? ¿Alguien ha expirado en su presencia?
Haber sentido o presenciado cualquiera de estas situaciones nos permite entender y valorar en su justa medida el papel del aparato respiratorio.
Los órganos que participan en la respiración, son entre otros: nariz, garganta, laringe, tráquea, los bronquios y los pulmones. Precisemos antes, que, el diafragma es el principal músculo empleado en la respiración.
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Los pulmones son dos órganos en forma de cono, compuestos por un tejido esponjoso de color gris rosáceo. Ocupan la mayor parte del espacio en el pecho. Están rodeados de una membrana llamada pleura. El pulmón derecho tiene tres lóbulos, el pulmón izquierdo tiene sólo dos. Es que la naturaleza es muy sabia y, deja en el lado izquierdo un espacio para el corazón.
El proceso que se desarrolla en el organismo al parecer sencillo, consumo de oxígeno y producción de dióxido de carbono, es indispensable para la vida.
Los pulmones son el centro del aparato respiratorio. No necesitamos aprender a respirar. Al momento de nacer, los pulmones están llenos de fluidos, y no están inflados. El bebé hace su primera respiración aproximadamente 10 segundos después del parto. De no hacerlo, el pediatra neonatólogo se las ingeniará para que lo logre lo antes posible, y así evitar complicaciones que pudieran llevar a daños irreversibles. Antes médicos y comadronas los colocaban con la cabeza hacia abajo o les daban unas nalgaditas para que gritaran y listo para iniciar la vida.
Entre las funciones del aparato respiratorio tenemos: intercambio de gases, equilibrio ácido-básico, fonación, defensa y metabolismo pulmonares. También nos ayuda a percibir el olor y crear sonidos. Es decir que, sin él, los olores del campo, de las flores, del café, un buen perfume, no podrían ser apreciados. Los hermosos matices de la voz humana y el canto no formarían parte de nuestro disfrute.
El organismo es muy sensible a la falta de oxígeno. Unos cuantos minutos sin tenerlo puede producir daños irreversibles principalmente a nivel de cerebro y corazón. El sistema nervioso parasimpático disminuye la frecuencia respiratoria. El sistema nervioso simpático aumenta la frecuencia respiratoria.
Las enfermedades que afectan los pulmones y otras partes del aparato respiratorio se producen por: infecciones, consumo de tabaco, inhalación del humo del tabaco en el ambiente, exposición a diversas formas de contaminación del aire. Enfermedades como el asma, bronquitis, EPOC, fibrosis pulmonar, neumonía, cáncer de pulmón, Tb pulmonar entre otros.
Algunos factores físicos pueden influir en la función pulmonar: edad, sexo, grupo étnico, peso, talla, y factores musculoesqueléticos.
Lo emocional es parte importante en las afecciones respiratorias. La inseguridad y la frustración producen espasmos y estrechamiento de la luz bronquial, mientras que las situaciones placenteras pueden dilatarlas. Se ha observado que las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tienen mayor riesgo de depresión, estrés y ansiedad. Estar estresado o deprimido puede empeorar los síntomas de la enfermedad.
Conviene destacar los niveles de ansiedad y estrés en la mayoría de los pacientes con enfermedades de las vías respiratorias: inseguridad, timidez, baja autoestima, sensación de invalidez. Ideas de que en cualquier momento le puede llegar su hora, le lleva a vivir en zozobra, en tensión y las ideas negativas nublan su mente, viviendo aterrados, dificultando su respiración. Algunas sugerencias: evite el tabaco, trate de respirar aire puro, visite parques abiertos, vaya a playas, a la orilla del mar, al campo, a las montañas, respire tranquilo. Si su trabajo le expone al polvo, sustancias químicas, procure usar mascarillas o demande mejoría en las condiciones de trabajo. Procure visitar al neumólogo si tiene síntomas como: tos persistente, sensación de falta de aire, dificultad para la respiración profunda, sibilancias. Recuerde cuantas pérdidas materiales y humanas nos produjo el Covid-19. Nuestro reconocimiento y estímulo a la Sociedad Dominicana de Neumología y de manera especial a su directiva. Cuidemos nuestros pulmones. Con ello estamos protegiendo nuestras vidas.