La subjetividad es el referente psico- lógico de más alto nivel de generalidad
Quise hablar en esta ocasión de la subjetividad, porque noto que hasta definimos a una persona de acuerdo a criterios muy personales, ignorando quizás que la propiedad de las percepciones, argumentos y lenguaje son basados en el punto de vista del sujeto, y por tanto influidos por los intereses y deseos particulares del mismo.
Esta subjetivización de la realidad toma un peso objetivo importante, cuando se devuelve a la realidad en forma de acciones aún en condiciones reales objetivas que las contextualizan y pueden facilitar o entorpecerlas al definir el rango en que puede realizarse, cuando la decisión de actuar en un sentido determinado respalda las acciones humanas.
Nuestra subjetividad está conformada por la percepción y valorización personal y parcial sobre un asunto, idea, pensamiento o cultura, y la misma se asocia a la incorporación de emociones y sentimientos al expresar ideas, pensamientos o percepciones sobre objetos, experiencias, fenómenos o personas.
Claro, porque todo depende del cristal con que se mire, ¿cierto? Y si, definitivamente, porque los parámetros que utilicemos en nuestros argumentos, están regidos por varios aspectos como la edad, la cultura, el sexo, las circunstancias, etc. Todos estos parámetros configuran nuestra objetiva pero subjetiva opinión de las cosas, ya que corresponden al modo de pensar propio de un sujeto.
Estuve investigando que el sentido subjetivo aparece como una producción psicológica que no es lineal ni directa en relación con el carácter objetivo de la experiencia, sino que se produce por los efectos colaterales y por las consecuencias de acciones y de relaciones simultáneas de la persona en sus espacios de vida social.
Viéndolo así, se entendería mejor la frase del genio Albert Einstein: “Nada es absoluto, todo es relativo”, haciendo referencia a que las cosas siempre estaban en movimiento, en una constante metamorfosis, nada permanece inmutable y menos, las personas y los sentimientos; a veces este orden cambia con tanta velocidad que puede sorprender. Y la apreciación subjetiva que damos nosotros sobre todo y sobre nada es lo que teje y une al mundo, por lo cual, de escoger un adjetivo que nos definiera como sociedad o personas, sin duda alguna sería: subjetividad.
“La subjetividad desde lo social se construye y deconstruye permanentemente, moldea nuestros cuerpos, mentes y relaciones sociales. Entonces, el modo en que se construya la subjetividad de cada individuo, así como el modo en que se transita este proceso, es resultado de un proceso de construcción social. Depende de los significados que se le asignen en cada cultura, en cada momento histórico, en cada contexto sociocultural”.
Estudios han mencionado que se muestra la presencia, bien delimitada, de los paradigmas objetivistas y subjetivistas en el progreso del conocimiento científico, cuando se examinan la disciplina y su objeto de estudio desde su dimensión conceptual. De manera que, la implicación que tiene la idiosincrasia de una persona en la vida de todos, por su formación moral, su ética o su visión pragmática de la vida te podría impresionar de maneras insospechables.
La subjetividad se reconoce como el referente psicológico de más alto nivel de generalidad, por el análisis de los determinantes conductuales internos de los diferentes sujetos cuando asumen una puntual posición o comportamientos ante la vida en general o ante situaciones específicas.
*La autora es Psicóloga Clínica