Granada (España). La trata de personas con fines de explotación sexual y trabajos forzados continúan siendo una de las modalidades más detectadas en la actualidad.
Tal es el caso de la liberación de cuatro mujeres de nacionalidades venezolana y dominicana, que habían sido engañadas en sus países con una oferta de trabajo falsa para trabajar como camareras y cocineras en un restaurante.
Una vez que llegaron a España, la banda las trasladó a Granada, donde les retiró el pasaporte y les exigió el pago de una deuda que rondaba los 5.000 euros (más de 6.000 dólares) por haberlas traído. El dinero debían pagarlo mediante el ejercicio de la prostitución y tenían que estar disponibles las 24 horas todos los días.
Todas las víctimas estaban sometidas a un control de la organización, no les dejaban tener teléfono e incluso controlaban lo que hablaban con los clientes. En una vivienda unifamiliar, cuyo sótano había sido habilitado para este tipo de actividades, eran obligadas también a ofrecer cocaína a los clientes.
Según la Policía, el hombre que les suministraba la droga fue identificado y detenido junto a dos personas más en Armilla, provincia española de Granada (sur), que se dedicaban a la trata de seres humanos, la explotación sexual y el tráfico de drogas.
Los integrantes de la organización fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, que decretó el ingreso en prisión de todos ellos, mientras que las cuatro víctimas fueron acogidas por una ONG.
La denominada operación “Galán” incluyó registros domiciliarios en Armilla, provincia española de Granada (sur), en los que se descubrieron 230 gramos de cocaína, 10 de cristal, documentación relacionada con el caso y 260 euros en metálico, informó hoy la Policía en un comunicado.
La investigación comenzó por una llamada telefónica al número de la Policía contra la trata de personas, lo que permitió liberar en febrero pasado a una menor extranjera de 16 años y detener a seis personas, de los que una ingresó en prisión.